12 feb. 2025

Se debe tomar medidas ante el aumento de los accidentes viales

La situación no es reciente. De hecho, la actual epidemia de accidentes de tránsito se viene gestando desde hace años. Sin embargo, precisamente por el hecho de que no se han tomado las medidas necesarias, el problema ha ido creciendo. Cada día somos testigos en los medios de comunicación de los vídeos que se vuelven virales en los que vemos de qué manera, la imprudencia, la velocidad y la desatención van dejando heridos y fallecidos en las calles. Las autoridades nacionales y municipales deben asumir el problema y encontrar soluciones.

Un dato alarmante es el que provee la Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial (ANSTV): en el primer trimestre de este 2023, un total de 248 personas fallecieron en siniestros viales producidos por alta velocidad, giros indebidos y desatención. No caben dudas de que a esta estadística le falta la información que complementa el dato, y es el reporte de la Patrulla Caminera sobre la cantidad de conductores demorados al dar positivo el alcotest.

Para la Patrulla Caminera, la alta velocidad, la imprudencia y el consumo de alcohol son factores preponderantes al momento de la ocurrencia de percances ruteros. Cada año, alrededor de 15.500 víctimas de siniestros viales, el 72% de ellos son motociclistas, según datos del Hospital de Trauma. Este dato es coherente con otro y es que de cada diez vehículos del parque automotor cuatro son motocicletas. Esto se puede comprobar asimismo en las calles y las rutas del país, pues lamentablemente también se comprueba a diario la imprudencia de los motociclistas que circulan sin utilizar el casco y el chaleco reflectivo.

Según datos de la Agencia Nacional de Tránsito, los motociclistas lideran el ranking de infractores así como también de personas atendidas en centros de salud. El total de lesionados a causa de accidentes en moto corresponden a 2.311 personas en lo que va del año.

La proliferación de las motocicletas puede ser considerada un hecho social y económico.

En el Paraguay no contamos con un sistema de transporte público, los usuarios quedan sin transporte en horas de la noche y durante el fin de semana. Es por esta razón que la moto representa la alternativa ante la falta de un eficiente sistema de transporte rápido. Este factor no puede omitirse en el momento de analizar los datos que se han mencionado, los accidentes también son una consecuencia de la mala gestión gubernamental que no ha sido capaz de reformar un servicio tan vital para la población.

Recientemente se ha notado también el aumento de fallecimientos de peatones en siniestros viales. Al respecto, Carmen Sánchez, directora de Campañas y Capacitaciones de la Agencia Nacional de Tránsito, señala que el problema se da en ambas partes, tanto como responsabilidad del conductor como del peatón. Este descuido se explica fundamentalmente por la falta de educación vial. No tenemos además el hábito ni los debidos cuidados para el cruce en la calle en los lugares señalizados como las bocacalles, las esquinas o la franja peatonal, las personas cruzan a mitad de cuadra, por ejemplo.

La otra cara de la moneda es que falta mucha concienciación a los automovilistas en cuanto al respeto hacia los peatones, para los conductores paraguayos, la franja peatonal, a veces, pareciera un mero adorno del pavimento.

Otro elemento que afecta tanto a conductores como a peatones es el teléfono celular, que se ha constituido en un elemento distractor y se ha convertido en la causa más frecuente de atropellamiento así como propicia a diario siniestros viales en conductores que utilizan sus celulares mientras conducen sus vehículos.

Para cambiar esta realidad se impone que las autoridades asuman la gravedad del problema, por tanto, se debe realizar un trabajo conjunto y comprometido entre las instituciones del gobierno central y las municipalidades.

Necesitamos más sanciones a los infractores, necesitamos más control en calles y rutas, pero sobre todo necesitamos campañas de educación vial. El Estado paraguayo no puede solamente seguir destinando recursos para asumir el cuidado de los accidentados, debe también enfocarse en la prevención.

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