Viuda Negra, la última película del Universo Cinemático de Marvel (MCU, por sus siglas en inglés) llegó a los cines para despedir a uno de los personajes centrales de los Vengadores. Con peleas emocionantes, explosiones y disparos, y soberbios efectos especiales, la vengadora, interpretada por Scarlett Johansson, se va abriendo camino cuando su pasado choca con su presente en los 134 minutos de la historia.
La cinta lleva a los fans de la franquicia atrás en el tiempo, al frenético reencuentro de Viuda Negra con su “familia” de espías rusos, integrada por su “madre”, Melina, una científica de la Habitación Roja encarnada por Rachel Weisz, su padre, el supersoldado ruso Guardián Rojo, interpretado por David Harbour (Stranger Things) y su “hermana” Yelena, de la mano de la actriz Florence Pough, quienes se unen para hacer caer a la organización que los utilizó.
La película retoma la historia de Viuda Negra en los momentos siguientes a los eventos de Capitán América: Guerra Civil, y antes de Vengadores: Guerra Infinita, con Johansson obligada a esconderse por no firmar el acuerdo de Sokovia. En ese momento, recibe una carta de Yelena, y unos sueros rojos. Desde ese momento, es perseguida por Taskmaster, el arma más poderosa de la Habitación Roja, que tiene como misión recuperar los sueros. La Viuda Negra y Yelena deberán soltar sus resentimientos mutuos y reunir a Melina y al Guardián Rojo para afrontar la imposible tarea de destruir a la Habitación Roja.
