25 abr. 2024

Salvando al mundo desde mi sofá

Marta García – @marthegarza Berlín - Alemania

El mensaje alrededor del planeta está claro: la economía, más que nunca, está al servicio de la vida. Convencernos de que quedarnos en casa es la única acción con la que podemos ayudar a enfrentar esta amenaza, hasta ahora inconmensurable en sus efectos, nos llevó varios días de tensión y aburrimiento, muchas noches de desvelo, un cambio drástico en nuestras rutinas y el inicio del deterioro de las condiciones económicas de las familias más carenciadas.

Pertenezco a una generación que no sabe por experiencia propia lo que se siente vivir una crisis económica: el hundimiento del sistema financiero paraguayo en los 90 y el descalabro fiscal que le siguió hasta el 2000 nos pegaron mientras todavía dependíamos del sustento de nuestros padres. Ahora la pandemia del Covid-19 nos sorprende, inmersos en la vida adulta, pero sin tener idea de lo que pueda resultar.

Son los tiempos de mayor incertidumbre para una generación que creció acostumbrada a cambiar de trabajo cuando ya no se sentía a gusto, a viajar sin restricciones y a disfrutar de las libertades desde que nacimos, un estilo de vida muy diferente al que llevaron nuestros padres en su juventud.

Lo que menos necesitamos en estos momentos es un gobierno pusilánime, indeciso, vacilante y entregado a los intereses de los grupos privilegiados de siempre. No les tembló la mano para ceder ante la presión social y dejarnos fuera a quienes representamos un riesgo para la salud pública, así como para decidir confinarnos a unidades militares cuando por fin podamos regresar a casa. Entonces, no duden tampoco en recortar los beneficiosos de los que siempre gozó un funcionariado público cuestionado por su escaso aporte al desarrollo del país y de un sector empresarial que debe demostrar su responsabilidad social mediante la protección del empleo.

Este es el momento de iniciar las famosas reformas estructurales que nos permitan enfrentar este tipo de situaciones; no podemos simplemente aceptar que no estamos en condiciones de detenernos un mes o dos para salvar la vida de nuestra población. La administración responsable de los recursos públicos, una mayor cobertura de seguridad social y la priorización de la atención a los grupos vulnerables son pasos más que nunca impostergables y por los que la sociedad paraguaya clama a gritos.

Estoy viviendo esta pandemia en una sociedad que viene acatando disciplinada y voluntariamente las medidas de restricción al contacto social que gradualmente se imponen desde hace tres semanas, sin que la policía tenga que humillarles con persecuciones absurdas ni ministros que ironicen con la prohibición de visitar a los familiares en el interior. En Alemania, la gente está convencida de que su gobierno recomienda lo más conveniente para salvar sus vidas y si se tienen que endeudar para recuperar las pérdidas económicas de este confinamiento, lo harán y con la contribución de todo el país. Esta es la confianza que necesitamos sentir también hacia nuestros gobernantes, pero se sigue tornando imposible.

Como leí en un tuit: de una recesión económica podemos salir; del cementerio, no. Marquemos la ruta a seguir, pongamos la vida en primer lugar y si debemos seguir en nuestros sofás, que sea por el bien de todos.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.