14 ago. 2025

Respetar derechos íntimos sin sacrificar necesidad de informar

Las distintas aristas del reciente juicio oral por un quíntuple homicidio en 2018 en Asunción instaló de nuevo el debate de hasta dónde el periodismo y la propia sociedad respetan la presunción de inocencia de las personas acusadas de hechos delictivos, sobre todo tras el público reclamo de una de las juzgadas que resultó absuelta. El abogado José Casañas Levi expuso al respecto que la prensa debe saber combinar el respeto a las leyes y a los principios éticos, principalmente en lo concerniente al derecho a la intimidad de las personas, pero sin sacrificar la libertad de expresión y la necesidad de informar, que es una garantía básica para contribuir a la transparencia en una sociedad democrática. En ese delicado equilibrio se deben cuidar la responsabilidad y la calidad del periodismo.

El dolido reclamo de Araceli Sosa Díaz, una de las acusadas en el caso del quíntuple homicidio de miembros de una familia, ocurrido en 2018 en una vivienda en el centro de Asunción, tras ser absuelta en el juicio oral que culminó el lunes pasado, generó un gran debate sobre el manejo de derechos básicos en el contexto de los medios de comunicación y de la misma sociedad.

“Lo único que quiero es empezar de nuevo. Pido a la gente y especialmente a los periodistas respetar la presunción de inocencia. Gracias a la prensa, en un momento dado me trataron de lo peor, pero no soy una persona rencorosa”, dijo la mujer en medio de lágrimas, tras conocer la decisión del Tribunal de Sentencia que la absolvió de las acusaciones de haber sido cómplice del principal procesado, Bruno Marabel, finalmente condenado a 30 años de cárcel y 10 de seguridad por el asesinato de cinco personas en la llamada Casa del Terror.

El cuestionamiento de la mujer instaló nuevamente diversas posturas acerca de en qué medida los periodistas, los medios de comunicación y sectores de la misma sociedad, incluyendo a las propias autoridades, respetan derechos básicos como la presunción de inocencia y el derecho a la intimidad, frente a otros derechos como la libertad de prensa y de expresión, como la necesidad de informar sobre cuestiones que interesan a la opinión pública. Al respecto, el abogado constitucionalista José Casañas Levi expuso puntos importantes durante su participación en el programa En voz alta, por Radio Monumental y el canal Noticias Paraguay, el martes.

“La libertad de expresión y de prensa, como el derecho a la intimidad y la presunción de inocencia, son derechos constitucionales y ninguno está por encima del otro. Ambos tienen que ejercerse libremente y todos tenemos derecho a una información veraz, pero también a que se respete el derecho a la autodeterminación al obtener esa información. Es decir, uno no puede obligar a una persona a que diga algo que no quiere decir. Si la persona no quiere que un periodista le tome fotos o le haga preguntas, tiene derecho a eso. Los periodistas tienen la obligación ética de respetar ese derecho, pero a la vez tienen el derecho de informar”, indicó Casañas Levi.

La cuestión resulta clave. La prensa debe saber combinar el respeto a las leyes y a los principios éticos, principalmente en lo concerniente al derecho a la intimidad de las personas, pero sin sacrificar la libertad de expresión y la necesidad de informar, que es una garantía básica para contribuir a la transparencia en una sociedad democrática. En ese delicado equilibrio se deben cuidar la responsabilidad y la calidad del periodismo.

En el caso de Última Hora, desde el 2010 contamos con un Código de Ética Periodística, elaborado por miembros de la Redacción con asesoramiento del recordado maestro colombiano Javier Darío Restrepo, que aclara bien la mayoría de estos puntos críticos. Aun así, estamos sometidos permanentemente a la posibilidad de cometer errores, que pueden ser corregidos con la participación crítica permanente de nuestros lectores, sin olvidar el principio también básico de que, cuando una información es de interés público, se impone a las cuestiones íntimas y privadas.