Si otros años el perro de aguas portugués de la familia del presidente de EE.UU., Barack Obama, fue el protagonista indiscutible de las navidades en la Casa Blanca, en esta ocasión ha tenido que ceder algo de atención a su compañera de juegos, Sunny, un cachorro de la misma raza que la familia adoptó en agosto.
Ambos cuentan con réplicas a tamaño real hechas con más de 900 metros de lazos de raso, una compleja estructura que no impide que puedan mover la cola gracias a un engranaje mecánico, situadas en el salón del Jardín Este.
Los canes también están presentes como figuras de chocolate en el jardín de la réplica comestible de la Casa Blanca situada en el Comedor Estatal.
Casi 136 kilos de pan de jengibre han servido para confeccionar, durante semanas, la estructura a escala de la Casa Blanca, iluminada desde dentro, adornada por un jardín con fuente y árboles de azúcar y situada sobre una falsa chimenea hecha con 1.200 galletas.
Se espera que alrededor de 70.000 visitantes recorran este año la Casa Blanca en los tradicionales tours navideños, inaugurados hoy por la primera dama en una primera visita de niños de familias de militares.
“Nadie ha visto aún la decoración, ni siquiera el presidente la ha visto. Ustedes son los primeros”, dijo Michelle Obama a los niños.
Como otros años, parte de la decoración navideña está dedicada a las familias de militares, que protagonizan una habitación entera, el Salón Azul, donde se encuentra el árbol navideño principal, de cinco metros y medio de altura y procedente de Lehighton (Pensilvania).
Más de 2.000 ornamentos decoran el árbol, entre ellos tarjetas de felicitación creadas por niños que viven en bases militares y fotografías de los momentos en los que los soldados vuelven a casa tras una misión.
Los visitantes podrán rellenar tarjetas con mensajes de gratitud a las familias de militares, según explicó la primera dama.
El lema de la decoración este año es “Reunámonos: Historias de la Temporada”, que invita a centrarse “en las historias que están detrás de las tradiciones clásicas estadounidenses”, indicó Michelle Obama.
“Nuestro objetivo es que cada habitación y cada árbol cuente una historia sobre quiénes somos y cómo nos reunimos y nos apoyamos en los demás para celebrar las fiestas”, agregó.
Las decoraciones navideñas se completan con árboles de Navidad hechos por completo con pilas de libros, y por otros decorados con adornos que representan lugares estadounidenses famosos, como la estatua de la Libertad o el Monte Rushmore, una tarea en la que han trabajado 83 voluntarios desde el pasado viernes.