La cinta Renfield: Asistente de vampiro, que ya se encuentra en las salas de cine de Paraguay, nos presenta a Nicolas Cage como el insaciable vampiro, pero está centrada en su sirviente, Reinfield, interpretado por Nicholas Hoult, quien intenta escapar de su relación tóxica con Drácula para poder empezar a soñar con una vida “normal”.
Con la ayuda de un grupo de apoyo para codependientes que piensan entenderlo, Reinfield intenta hacerse de herramientas para plantarse frente a su amo y recuperar su vida. En su proceso, el sirviente del más terrible de los vampiros se cruza con la oficial de policía Rebecca Quincy (Awkwafina), quien busca venganza contra los mafiosos que asesinaron a su padre, nadando contra corriente en un sistema completamente corrupto.
Juntos, Quincy y Renfield se enfrentarán a Drácula y a la mafia en la disparatada, sangrienta y delirantemente divertida cinta dirigida por Chris McKay (La Guerra del Mañana y Lego Batman: La película).
Las escenas de lucha son extremadamente violentas, pero son desarrolladas con un espíritu de comedia capaz de hacernos cuestionar los motivos por los cuales no podemos parar de reír en la sala del cine, cuando contemplamos una grotescamente jocosa montaña de cadáveres frescos desmembrados.
Nicolas Cage profundiza en el método que desarrolló al interpretar a un humano que cree haberse convertido en vampiro en El Beso del Vampiro (1988), con gestos desencajados que, tres décadas después, se convirtieron en el meme “No me digas”, y nos presenta a un Drácula que inspira risas y miedo.