El proyecto de ley sobre régimen impositivo para el comercio de frontera sigue creando controversia, especialmente en el sector importador y de retail, que cuestionan el fondo de cómo se busca implementar la nueva normativa, que pretende establecer la vigencia de una tasa del 5% de impuesto sobre todos los productos importados, lo que generaría una competencia desleal sobre aquellos que son más y menos competitivos.
Alberto Sborovsky, presidente de la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), aclaró que esto no se trata de un enfrentamiento entre Asunción y las ciudades fronterizas, como muchos pretenden instalar, y recalca que se hace perentorio dar con medidas que ayuden, dentro de la coyuntura de pandemia, a las urbes que se encuentran asentadas en la frontera, para evitar establecer un régimen impositivo paralelo al vigente en el resto del país.
Continuó diciendo que esto podría traer como consecuencia que las mercaderías vendidas en una zona fronteriza a los brasileños, por ejemplo, sean reingresadas al territorio nacional, en condiciones competitivas absolutamente desfavorables para aquellos importadores que operan en otros puntos del territorio nacional y pagan impuestos altos por traer esos mismos productos al país.
“Un producto se compra con un régimen impositivo especial cuando, en teoría, es para venderlo al extranjero. Por ejemplo, el comercio factura a un brasileño (entre comillas), una bebida o un producto alimenticio y ese producto, obviamente, tiene una ventaja competitiva gigantesca porque no está pagando prácticamente nada en impuestos, por lo que está sujeto a unas condiciones especiales de competitividad. Entonces, ese producto que se compró bajo el nombre de João Da Silva (por dar un nombre cualquiera), un brasileño que nunca vino al Paraguay, puede volver a reingresar al mercado interno y ese es nuestro problema y nuestro mayor miedo”, explica Sborovsky.
REINGRESO IRREGULAR. El titular de Capasu agrega que con la puesta en vigencia del proyecto de ley de régimen para el comercio fronterizo se plantearía esta situación, en que ese producto vendido al extranjero podría reingresar al mercado interno sin tener el registro del Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN) o de la Dirección General de Vigilancia Sanitaria (Dinavisa), de manera totalmente irregular.
“Entonces, tendremos que lidiar tanto con el contrabando que entra de fuera de nuestras fronteras y con el contrabando de productos que ya se compraron dentro de nuestro país y van a parar a otras zonas comerciales de nuestro territorio. En la práctica sería un reingreso del producto sin pago de impuestos, y es una competencia desleal más con lo que tenemos que estar lidiando y no estamos dispuestos a tolerar eso”, indica.
Con relación a las afirmaciones de Elzear Salemma, presidente del Centro de Importadores del Paraguay (CIP), sobre que se precisan aranceles bajos que favorezcan la reexportación, Sborovsky sostiene que pensar en algo así ahora tanto en las ciudades fronterizas o Asunción resulta imposible. “Los compatriotas de la frontera y de todo el país están pasando un mal momento, por lo que urge un plan de acción sostenible, pero sin afectar al comercio formal y a las cadenas de valor del mercado interno”, concluyó.
Los importadores temen que los productos adquiridos en el país con un régimen impositivo especial, después de ser vendidos a extranjeros, vuelvan a ingresar al país sin abonar tributo alguno.