“Muchas veces, los adultos tienen poco tiempo para compartir con sus hijos por la cantidad de horas que pasan en el trabajo. Pero lo importante no es la cantidad, sino la calidad. Prestarles la mayor atención posible. No es productivo que estén juntos, pero cada uno con el teléfono finalmente”, resalta la sicóloga y docente Carmen Benegas.
Involucrar a los niños en las rondas de anécdotas familiares para enriquecer la identidad o en actividades de la cocina, el jardín o juegos de mesa para fomentar el vínculo. Estas son algunas sugerencias que da a los padres para disfrutar de los días de vacaciones en compañía de los niños.
“Apuntar al calor del hogar para compartir con la familia debe ser lo fundamental para aprovechar estos días libres de los chicos. Además, al buscar actividades para realizar dentro de la casa se protege a los niños de estos días de intenso frío”, señala Benegas.
Una sugerencia es involucrarlos en la elaboración de recetas tradicionales. Las actividades en el jardín o en la huerta también pueden ser una oportunidad que ayuda a integrar a los miembros del hogar. “Los niños deben ver como un premio el estar con la familia”.
VÍNCULO. Confiar en ellos y tener en cuenta sus opiniones e ideas, sin desacreditarlas o burlarse de ellos. Sin dejar de lado que el rol del adulto es siempre el de guiar y orientar, así se logra el buen relacionamiento con los hijos, sugiere por su parte la sicóloga María José Delfino.
También estar abiertos a las preguntas, para que se sientan seguros y confiados para realizar interrogantes que satisfagan su curiosidad y les proporcionen aprendizajes, recomienda Delfino.
RESPONSABILIDADES. Es clave que los niños se inmiscuyan en las tareas del hogar, desde sus posibilidades, y elogiar su trabajo para que vean como algo agradable y útil el ayudar a los padres, y no como una obligación o castigo.
Sobre las colonias de vacaciones señala que en lo posible se deben buscar aquellas que sean de las más recreativas posibles y no aquellas que ofrezcan las mismas actividades que realizan en la escuela. Esto –asegura– hace que terminen aburridos y cansados.
Cuidado con la pantalla. “En la etapa del desarrollo en la que se encuentran los niños, el excesivo contacto con la tecnología no permite activar el pensamiento creativo, entonces si este no se desarrolla, el chico siempre necesitará una pantalla que le proporcione toda la diversión que él solo no puede crear”, analiza Delfino.
“La tecnología está caracterizada por tener una dinámica rápida y el exceso genera en los niños ansiedad cuando se enfrentan a algo que no pueden obtener o cambiar de manera tan rápida”, concluye.
A tener cuidado con la alimentación
Durante las vacaciones, la rutina diaria de niños y adolescentes sufre modificaciones; tienen más tiempo libre y un horario más distendido. En la mayoría de los casos, duermen más tarde o más tiempo que lo habitual. “Este cambio abrupto, quiérase o no, afecta los hábitos alimentarios”, asevera la licenciada Bethania Machuca, nutricionista de la Dirección de Vigilancia de Enfermedades No Transmisibles, del Ministerio de Salud Pública. Para impedir que las estadísticas de enfermos sigan incrementándose, es importante establecer hábitos saludables en el hogar desde la niñez. No saltarse las comidas del día (desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena), respetando siempre los horarios. Además, resalta que la alteración de la rutina lleva a los niños en ocasiones a un esquema de alimentación desordenada, se saltan el horario de las comidas e ingieren una mayor cantidad de alimentos, principalmente ultraprocesados, con alto nivel en azúcares y grasas. Destaca que lo ideal es consumir dos a tres frutas al día.