“Hoy tengo miedo, siento que me falta el aire, no puedo ni caminar, me caí por las escaleras… eso le dije al médico, pero la realidad es que él me pegó otra vez. Él se arrepiente, me suplicó de rodillas que lo perdonara... Yo lo perdono porque él me ama…”, dice una conocida reflexión.
Seguro piensan que las mujeres ya tenemos varios días que conmemorar al año, pero esta fecha es más que importante. Cada 25 de noviembre se recuerda el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Así como siempre se dice “que todos los días vivamos como el Día de los Enamorados”, sería bueno que todos los días sean el 25 y busquemos acabar con la violencia contra la mujer.
Casi a diario tenemos reportes de mujeres que son maltratadas y asesinadas, y los números aumentan (el Ministerio de la Mujer recibió 7.801 llamadas por violencia en lo que va del año), pero esos solo son los casos denunciados. ¿Cuántas mujeres viven estas realidades en silencio? Madres, hermanas, tías, primas, amigas, abuelas.
Todavía nos falta empatía, todavía nos falta atrevernos a denunciar, todavía nos falta aprender que no todo se soluciona a través de los golpes, la manipulación, los abusos y el maltrato sicológico.
Este 2021 se cumplen 40 años desde que se marcó (en 1981) el 25 de noviembre como Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer, en recordación del asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, víctimas de la dictadura en República Dominicana, en 1960, a causa sus luchas por sus derechos.
Pasaron 40 años y qué mucho cambió en cuanto a que la ciudadanía hoy ya no tolera estos actos de violencia; de abuso y violaciones. Muchos se involucran y denuncian. Muchas mujeres levantan su voz y persisten buscando justicia.
Lastimosamente, lo que no cambió es esa cultura de la violencia, ya que las cifras de casos siguen apareciendo, pese a incansables campañas para terminar con esta problemática, cuyo más trágico desenlace, el feminicidio, ya ha registrado 28 casos en lo que va del año.
De a poco vamos saliendo de una pandemia que nos dejó muchas pérdidas, pero nos queda otra con la cual la lucha no acaba. Muy cierto es lo que dijo la relatora de la ONU, Dubravka Šimonovic: “Mientras el mundo lucha contra la pandemia del Covid, una pandemia de feminicidios y violencia de género acaba con la vida de mujeres y niñas en todas partes”.
Tres hermanas (de 13, 17 y 21 años) esta semana denunciaron haber sido abusadas sexualmente por su propio padre, de manera sistemática durante varios años, en la localidad de Obligado, Itapúa.
Finalmente estas víctimas están viendo una luz de esperanza, pero surgen varias interrogantes. ¿Quién falló con ellas?, ¿por qué nadie hizo la denuncia antes? o, ¿por qué callaron los que sabían de los abusos?
Es necesario dejar de ver a la violencia como una práctica común en la sociedad, donde prima la indiferencia, pues muchos siguen diciendo: “No me puedo meter, es problema ajeno”. La violencia no es una forma de vida, sino un fenómeno que debe ser erradicarlo.
Ya no más una vida con miedos constantes, involucrémonos. Que todos los días sean el 25 de noviembre.