28 mar. 2024

¿Que no cunda el pánico?

Brigitte Colmán — @lakolman

Nos encontramos en una muy delicada situación respecto a la pandemia del Covid-19. Algo así como una alerta roja que en realidad nadie se anima a declarar.

Los profesionales de la salud están superpreocupados y así lo expresan a través de las redes sociales. Desde este escenario advierten todos los días la forma en que se está dando el aumento de los casos de Covid y, sobre todo, prenden la alarma sobre un cercano colapso del sistema.

“A cuatro días de la apertura de más camas de UTI, amanecimos con 90% de ocupación. Al borde del colapso. Pedimos responsabilidad. Un porcentaje alto llega tarde”. Esto es lo que tuiteó la directora del Hospital Nacional de Itauguá, Yolanda González.

Y no es la única voz que escuchamos en estos días, que se está expresando en el mismo tono, intentando avisar, prevenir ponernos sobre aviso. La doctora Leticia Pintos, directora de Terapias del Ministerio de Salud, también se sumó, y desde Twitter dijo:

“No quiero apretar botón de pánico... estamos mal... en serio... solo esta tarde 9 pacientes graves al privado. Sistema público en Central 100% de ocupación. Las camas nuevas del Nacional ayer comenzaron a funcionar y en 10 horas se llenaron”.

Con un matiz aún más dramático apunta que algunos sanatorios ya tienen toda su capacidad ocupada. “Ayúdennos por favor... ¡este es el momento de ayudarnos! Fuerza, mi querido Paraguay”, agregó en otro tuit. Mientras que otro médico, el doctor Roque Silva, responsable de la XI Región Sanitaria, describía nuestra situación actual de esta manera: “A pasos del Colapso... #Cuidemonos”.

El mes de enero comenzó muy mal. Al parecer hay quienes creyeron que el 2020 se iba a llevar al virus, y que los paraguayos somos inmunes a todo. Pero esto no es así. A lo único que somos inmunes es al sentido común.

Las personas se siguen aglomerando cuando, como y donde les da la regalada gana. Un montón de gente está muriendo, y de otro montón la vida pende de un hilo. Y dentro de muy poco, si los inconscientes siguen jorobando, no habrá lugar para los enfermos en los hospitales.

Así como estamos ahora, y tal como nos están advirtiendo los médicos que conocen de primera mano la realidad, bien podremos quedarnos sin oxígeno, como les pasa a los habitantes de Manaus, en Brasil. Y que conste que allá, incluso contra Bolsonaro, ya comenzaron a vacunar.

En todos los niveles de nuestra realidad la gente está cometiendo errores, errores que a la larga resultarán caros y dolorosos.

Como en el caso tan reciente del intendente de Juan León Mallorquín, quien festejó su cumpleaños el sábado pasado.

La fiesta reunió a un montón de invitados, unas 150 personas, con comida, bebida y música en vivo. Pese a que el funcionario asegura que se tomaron las medidas sanitarias, las fotos lo desmienten, pues se veía claramente a gente bailoteando, sin usar los tapabocas. Como defensa, el intendente solo atinó a culpar a sus adversarios políticos.

“La vida hay que vivirla. Una vez al año nomás se cumplen años”, dejó el intendente como sabia y profunda reflexión en una entrevista que le hicieron en la radio Monumental.

A pasos agigantados nos estamos acercando al precipicio. Y lo peor, además de los temerarios e imprudentes que se aglomeran a beber y bailar reguetón, estamos rodeados no solo del virus, sino además e, inevitablemente, del montón de inútiles que mal manejan el país.

Esa gente que representa a la clase política, y que desde que la pesadilla comenzó, no tuvo reparos para intentar aprovecharse una y otra vez de la situación, y ganar millones a pesar del estado catastrófico en que se encuentra nuestro sistema de salud.

Si no, cómo se explica que seamos de los pocos países de la zona que ni esperanzas tenemos en que alguna vez llegue la famosa vacuna.

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