En 1993 Duran Duran ofreció un recital en el Defensores del Chaco. Décadas atrás estos eventos eran rarísimos. Por supuesto, vendíamos nuestra alma para ver en vivo a los ídolos de aquella época. El público llenó el estadio. Sin embargo, algo pasó en ese concierto y terminó abruptamente, al menos fue lo que nos pareció a muchos. Luego corrió el rumor de que la causa fue que el vocalista Simon Le Bon se enojó porque el público le pareció apático y no respondía a sus expresiones en inglés y coreaba poco las canciones. Jamás supe si esto fue cierto, pero sí recuerdo que nos retiramos frustrados porque esperábamos más de la banda británica.
Dos décadas después, visitas de grandes grupos a Paraguay se dan más a menudo. He tenido la fortuna de ir a algunos y noté una diferencia en el público que me parece fundamental con respecto dos décadas atrás, y que no debe pasar desapercibido en un análisis cultural. Este año, la noche en que el flemático Noel Gallagher cantaba en el Jockey Club, entre canción y canción el compositor explicaba algunas cuestiones sobre sus temas, hacía preguntas al público o se excusaba por no tocar temas de Oasis.
Esto comenté con amigos, y dicho fenómeno lo noté otra vez en el concierto de Keane. El vocalista Tom Shaplin decía frases largas sobre temas bien puntuales y el público mostraba su aprobación con ovaciones. O sea, parecía entender sin problemas lo que le decían.
Lo que quiero decir es que en esta generación de jóvenes muchos más han incorporado el inglés como lengua alternativa, la hablan y la entienden bastante bien. Este cambio se debe sin duda alguna a muchos factores, donde la globalización en las comunicaciones es preponderante, además de otros cambios culturales que tienen que ver con imposiciones simbólicas, consumismo y neocolonialismo. En mi época el inglés ya era un idioma en el currículo del colegio, pero no pasábamos de The apple is on the table o I am paraguayan. Lo mismo pasaba con el guaraní: aprendíamos a cantar de memoria el himno o que porundy era el número nueve.
No sé si aún se enseñará así, pero sí sé que el refuerzo para el inglés viene por todos los costados. Creo que es un dato que debe tenerse en cuenta para aquellos encargados en el MEC y otros entes del Estado de velar por el idioma guaraní. Que no se entienda que el crecimiento del inglés me parece negativo, sino que lo que propongo es que se estudien las estrategias que hicieron que este idioma penetre de esta manera para utilizarlo a favor del guaraní.