El segundo día del XII Congreso de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y Sostenibilidad, organizado por la Asociación de Empresarios Cristianos (ADEC), tuvo como temas centrales a las empresas, el ambiente laboral, los derechos laborales y un aspecto muy vigente pero muchas veces ignorado en los espacios de trabajo, que tiene que ver con la salud mental de los trabajadores.
En este sentido, la chilena Elisa Ansoleaga Moreno expuso sobre El trabajo digno y las condiciones necesarias para el desarrollo laboral, en donde se refirió a la situación de los problemas sicosociales generados en las organizaciones laborales.
Ansoleaga indicó que empezaron a identificar problemas sicosociales en los lugares de trabajo, en Chile, a partir de 1997, aunque desde el 2018 comenzaron a recabar datos concretos, que reflejaban que se trataba de uno de los principales padecimientos que afectaban a los trabajadores chilenos, especialmente a las mujeres.
COSTO ECONÓMICO. Ansoleaga expresó que los problemas sicosociales en el trabajo se instalan en la agenda oficial del Gobierno cuando comienza a tener un costo económico, al afectar directamente a la productividad debido al ausentismo y, por ende, las empresas empiezan a perder dinero. Entre el año 1997 y 2007, las licencias por salud mental se triplicaron; en el 2008 se convirtió en la primera causa de incapacidad transitoria en el sistema público; entre 2018 y 2019 el subsidio por incapacidad laboral (SIL), tramitado vía licencias médicas de origen laboral, aumentó un 18,2%.
Los problemas de salud mental de origen laboral habían aumentado en un 18% en el 2018 cuando hicieron un análisis de cuáles eran las causas y descubrieron que estaban relacionados con tres variantes dentro del ámbito laboral: el liderazgo disfuncional, el bajo apoyo social y un mal diseño organizacional.
En 2020, una de cada cuatro licencias médicas laborales era por salud mental y ocupaba el mayor gasto. Y las que ocupaban más estas licencias eran las mujeres, en un 62% por sobre los hombres. Y descubrieron que las mujeres trabajan en sectores en donde se encuentran más expuestas a sufrir problemas de salud mental, como el de servicios que requieren más demandas emocionales. También en estos años subieron las denuncias por acoso sexual y laboral en las empresas, lo que también inciden en los pedidos de licencias laborales más frecuentes dentro del segmento femenino. La expositora chilena indicó que ante estos antecedentes, desde 2015, todas las empresas de los sectores público y privado están obligadas por ley a evaluar sus niveles sicosociales en los empleados, a medirlos y en caso de presentar riesgos a tomar medidas para mitigarlos o controlarlos.
Las Cifras
18,2% crecieron las licencias laborales por afecciones mentales entre 2018/19, siendo las mujeres las mayores solicitantes.