Las Policías Federal y Militar arrestaron a Wilson, tras un allanamiento en una casa en Campo Verde. El sospechoso ya contaba con orden de captura internacional desde el 2014, mismo año del asesinato del comunicador y su asistente Antonia Almada.
Tras varios días de manejar información del paradero de Acosta, lograron dar con su detención. Ahora están a la espera de la notificación oficial de Interpol Brasil para luego solicitar su extradición a Paraguay, donde deberá enfrentarse a la Justicia, ya que hay una investigación en su contra y ya está procesado.
Almada y Pablo Medina fueron asesinados el 16 de octubre del 2014 en un camino vecinal en Villa Ygatimí, Canindeyú, en la camioneta del comunicador, cuando volvían de una cobertura en la colonia Crescencio González.
Fueron interceptados por dos personas fuertemente armadas y tras consultar si se trataba del periodista, dispararon contra sus ocupantes.
Medina recibió cinco impactos, uno de ellos el fulminante, a la altura de la cabeza. Almada recibió dos balazos y falleció camino al hospital. La tercera persona que iba a bordo, hermana de Antonia, se salvó y fue la que reconoció a Wilson como uno de los atacantes.
Wilson y su hijo Flavio Acosta Rivero fueron los primeros procesados por el caso. Este último está recluido en un centro penitenciario en Brasil, ya que no pudo ser extraditado por contar con certificado de nacimiento brasileño y será juzgado ahí.
El caso dio un giro rotundo cuando se comprobó que el ex intendente de Ypejhú, Vilmar Acosta, hermano de Wilson, fue el ideólogo del asesinato.
Pablo Medina había hecho varias publicaciones como corresponsal del diario ABC Color sobre el vínculo del ex intendente y su familia con el narcotráfico.
El periodista ya había recibido antes amenazas de muerte por parte del político. Las pericias, como el cruce de llamadas, fueron claves para el esclarecimiento del caso.
Ex intendente cumple una condena de 39 años
Vilmar Neneco Acosta, ex jefe comunal de Ypejhú, autor moral de la muerte del periodista, fue detenido el 4 de marzo del 2015 en Caarapó, Brasil, y extraditado en noviembre del 2016.
En el 2017 inició su juicio y en diciembre de ese año, el Tribunal de Sentencia decidió condenarlo a 39 años de pena privativa -29 años de cárcel más 10 de medidas de seguridad- por el hecho punible de homicidio doloso agravado en grado de instigador. Ahora se encuentra recluido en Tacumbú.
“Él (Neneco) quería el silencio de Pablo Medina y lo logró con su muerte”, afirmó en el juicio la hoy fiscala general del Estado, Sandra Quiñónez, quien tenía a su cargo el caso en ese entonces.
