19 abr. 2024

Presa relata cómo se prostituyó dentro de la cárcel al no tener dinero ni visitas

Una interna de la prisión de C. Oviedo tuvo que prostituirse para comprar comida que no sea “del tacho” y productos de higiene personal. Para que otras mujeres no pasen por eso, decidió contar su historia.

Hacinadas.  El penal regional de Coronel Oviedo tiene capacidad para  596 presos, pero alberga a más de 1.460 actualmente.

Hacinadas. El penal regional de Coronel Oviedo tiene capacidad para 596 presos, pero alberga a más de 1.460 actualmente.

Una presa decidió contar cómo se vio obligada a prostituirse al verse sin dinero ni para un plato de comida decente en el penal de Coronel Oviedo. Ante el temor de represalias de parte de funcionarios del Ministerio de Justicia –otras reclusas del penal que denunciaron maltratos sufrieron reprimendas– la mujer solicitó el anonimato durante la entrevista con ÚH en un centro penitenciario.

María –nombre ficticio– ingresó al penal de Coronel Oviedo por un delito cometido en esa zona, pero ella es oriunda de otra ciudad, por lo cual al ingresar a la cárcel se encontró alejada de su familia.

El pabellón de mujeres funciona en un área que fue originalmente diseñada como la sanidad de la penitenciaría. Si bien las internas están separadas de los hombres, María indicó que solían compartir bastante tiempo hombres y mujeres e incluso muchas chicas tenían “novios” dentro de la prisión. “Todo se paga adentro. Yo no recibía visitas, entonces no tenía plata”, relató.

Con una adicción a las drogas y obligada a comer la comida “del tacho”, que para María era prácticamente “incomible”, a mediados del 2014 ella decidió escuchar las ofertas que presos y guardiacárceles le habían hecho: vender su cuerpo.

“No tenía nada, no tenía champú, no tenía para la yerba, no tenía jabón, nada de eso se te da y la comida a veces algunos amigos me invitaban, pero no tenía nada”, recalca María, quien señaló que el área de las presas está en un piso superior de la cárcel, pero el relacionamiento entre hombres y mujeres era constante.

Finalmente, aceptó la oferta de un preso: le pagaría 200.000 guaraníes por acostarse con ella. El recluso también tendría que pagar a una guardiacárcel del pabellón femenino y a otro funcionario para poder utilizar la privada (cuarto para las visitas íntimas de presos).

María recordó que desde la guardia se le llamó para que se baje del pabellón de mujeres y luego fue llevada a una privada, donde ingresó con el preso que le pagó. Dijo que se acostó “a la fuerza con él” y que no tuvo otra opción. “Cuento esto porque no quiero que le pase lo mismo a otras compañeras”, aseguró.

“COMÚN”. María afirmó que la prostitución de presas sigue siendo una práctica común en Coronel Oviedo de parte de aquellas que no tienen visitas por estar alejadas de sus familias. Aclaró que ninguna es físicamente forzada a tener relaciones sexuales a cambio de dinero, pero que al no tener suficiente recursos para mantener una vida digna, muchas se vuelcan a la prostitución.

“Hay gente con plata en Oviedo, especialmente, los que están por casos de drogas. Las chicas se prostituyen por necesidad, hasta por drogas. La cárcel funciona como un prostíbulo”, señaló.

En ese sentido, apuntó directamente a los guardiacárceles y celadoras, al denunciar que es un negociado de ellos, ya que no se puede utilizar las privadas sin pagarles una suma. También contó que hay que pagar extra para utilizar las privadas sin que otros reclusos se enteren. Esto se da cuando una presa “con novio” dentro del penal cobra para acostarse con otro recluso, indicó.

Según datos del Ministerio de Justicia, del 1 de setiembre la cárcel puede albergar solo a 596 reclusos, pero en la práctica cuenta con 1.467 presos, de los cuales 61 son mujeres.

DENUNCIA. Ya en diciembre del 2015 el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura denunció a través de un informe sobre la cárcel de Coronel Oviedo que “existiría un esquema de prostitución, entre internos e internas, propiciado por los funcionarios y funcionarias del penal, a través de encuentros en las habitaciones destinadas a visitas íntimas. Según las personas informantes, es usado como método de supervivencia y acceso a dinero, elementos de higiene personal, medicamentos, y las necesidades básicas de las mujeres”.

A partir de publicaciones de ÚH de junio, el Ministerio de Justicia anunció que tomaría acciones para investigar el esquema de prostitución de presas en varias cárceles mixtas.