Una empresa que se dedica a “de todo un poco”, pero principalmente a las construcciones, en solo tres años facturó al Estado por un total de G. 57.000 millones. El montó llamó la atención de la Secretaría de Estado de Tributación, SET, que decidió investigar el caso. Así es como se encontraron la casa de un unipersonal, que tiene la mayor facturación; un señor que tiene más de 80 años, cuya residencia no condice con el nivel de operación que tiene desde hace tres a cinco años.
El operativo Facturación II está haciendo grandes descubrimientos, por ello varias entidades públicas descentralizadas se encuentran en el foco de la investigación por el uso de facturas falsas.
La SET había detectado indicios de que una rosca habría creado una variedad de empresas de maletín con el solo fin de facturarles a los entes públicos con licitaciones o compras ya direccionadas de antemano para no tener competencia real.
Estas compañías involucradas tenían movimientos prácticamente nulos en el ámbito tributario, pero de un día para otro emitieron facturas por valor de G. 57.000 millones (USD 8,3 millones), lo que llamó la atención de los fiscalizadores. Muchas de esas facturas serían apócrifas, y se emitieron en los peores momentos de la pandemia.
Las instituciones habrían utilizado comprobantes que emitían empresas de maletín por valor de G. 57.000 millones, con las cuales justificaban los gastos hechos con dinero de los contribuyentes. Y, como no pagan impuestos, las sospechas de la SET apuntan a que se trataría de sobrefacturaciones para justificar obras y compras que nunca se hicieron.
El operativo de Tributación es la continuación del caso de megaevasión detectado hace poco más de un año. En ese proceso están siendo investigados actualmente unos 900 contribuyentes físicos y jurídicos, como parte de un esquema de empresas fantasmas que supuestamente evadieron unos G. 100.000 millones. De ese total, el Fisco ha recuperado ya unos 70.000 millones de guaraníes.
El caso de las 1.600 facturas falsas investigadas actualmente en cerca de 20 entidades públicas descentralizadas, por compras realizadas en el peor momento de la pandemia por el Covid es un hecho despreciable y absolutamente intolerable. Estas sobrefacturaciones que justificaron compras y obras inexistentes deben ser consideradas casi como una traición a la patria.
En momentos en que el país vivía una dura prueba con la pandemia del Covid, cuando miles de paraguayos quedaron sin trabajo y las familias quedaron sin sustento, cuando en los hospitales públicos paraguayos morían en los pasillos, una pequeña rosca privilegiada se enriquecía con el dinero del Estado.
La pandemia no afectó a todos por igual, y sin dudas a algunos los ha beneficiado. Por eso es precisamente que la SET debe proseguir y profundizar su investigación. Al mismo tiempo es hora de que la ciudadanía toda presione al Ministerio Público para que actúe de una vez por todas.
Aprovecharse de los recursos del Estado mientras el país vive una situación catastrófica es un acto aborrecible. Si la Justicia no colabora para romper con la rosca corrupta que desangra los recursos del Estado, será una vez más cómplice por tanta impunidad.