13 may. 2024

Politización y verticalismo espantan a la gente valiosa de Medicina UNA

La recién mejor egresada de Medicina UNA reveló que la persistencia de prácticas y de clanes, en su facultad, genera “mucho exilio” de gente que huye por el “hartazgo y la resistencia al cambio”.

Que la mejor egresada de una institución educativa –distinguida como tal por las propias autoridades– sea quien los interpele, públicamente y sin ambages, por hechos que considera injustos, irregularidades y vicios que allí persisten, ubica en un nivel más alto el tono de la crítica que no puede ni debe pasar desapercibida.

Es el caso de la flamante doctora en Medicina Adriana Cativelli, cuyo discurso durante el acto de graduación puso sobre el tapete aspectos que afectan a la formación de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA). Cuestiones que van desde la “disociación” entre lo aprendido en el bachillerato y los temas a estudiar para ingresar; el “verticalismo” en el proceso de enseñanza-aprendizaje; la “reactivación de la politización” que busca el statu quo para perpetuar a grupos o clanes de poder, hasta la “falta de humanidad en el trato entre pares”.

Todo esto, entre otras cosas, forma la bola de nieve que termina por espantar a gente que –según dice– bien podría enseñar o crecer como profesionales dentro de la universidad. “Hay mucho exilio dentro de la Universidad Nacional a raíz de este hartazgo que vive la gente o la propia resistencia que hay al cambio. Inclusive, una de las consecuencias muy grave –de la politización– es el verticalismo que se ve”, manifiesta.

Lo que cuestiona es que, al menos en su Ciencias Médicas, el respeto se mide por los años de trayectoria. “Todo el mundo se merece respeto y no porque uno tenga más años de experiencia. Ese diálogo horizontal y franco que podría haber en espacios donde se tendría que estar discutiendo la realidad nacional, es algo que falta mucho. Y no sé si es algo de la politización o es más la cosmovisión que tenemos como país, nuestra forma de ser”, opina.

Cuando habla de exilio –explica– se le viene a la mente “mucha gente que podría enseñar y elige no enseñar” en la FCM. Además, como mencionó también en su discurso, “es notoria la proporción de estudiantes, egresados de la Universidad Nacional, que toman el examen de la Conarem (Comisión Nacional de Residencias Médicas) y van a rendir para formarse en otros centros: El IPS, el Hospital del Trauma o Acosta Ñu, etc.”, enumera y suscribe que esto obedece a que se cansan de “lidiar más con la facultad, es mucho el tema del hartazgo; eso es lo que se percibe y yo noté mucho de eso en los últimos tiempos”.

Cattivelli señala que existen unidades académicas de la UNA que “a todas luces no abandonaron esas prácticas” de politización que fomentan prácticas prebendarias.

“Ahora, creo que una parte del proceso de evolución o de camuflaje del statu quo es buscar simpatizar con el estudiantado. Tienen grupos de estudiantes que están como dormidos o que tratan de mirar para otro lado para terminar el cartón y ver qué van a hacer, pero nunca más van a pisar la universidad. Y eso permite también la perpetuación de esos grupos, porque si entran al sector estudiantil con gente afín a ellos es más fácil perpetuarse y seguir sirviendo a sus intereses”, reflexiona.

Ella también, a sus 26 años de edad, se siente una exiliada más; ya que tiene planes de realizar su residencia médica en el exterior. “Actualmente estoy dedicándome a la docencia, mientras me preparo para hacer la residencia en clínica médica en el exterior y planes a largo plazo, realmente, no tengo. Quiero aplicar para ir a Estados Unidos”, dice sobre su futuro cercano.

No deja de sentir un poco “culpa” –admite– por la carga de ser egresada de una universidad pública, ya que debe retribuir después lo aprendido a la sociedad.

“Hay lugares acá donde se hace lo mejor con lo que hay, de por ahí los recursos tecnológicos o los insumos no son los ideales, pero hay muchísima gente superactualizada, muy informada y muy humana en espacios académicos. Salir es una decisión personal. Tampoco digo que sea malo o terrible practicar la medicina acá”, aclara.


Es notoria la cantidad de egresados que eligen rendir en la Conarem por los recursos que no hay en el Hospital de Clínicas.

Los residentes son la cara visible del sistema que está colapsado y no tienen la culpa de la falta de recursos o de las carencias.
Dra. Adriana Cattivelli,
egresada de Medicina UNA.

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