Efectivos policiales y militares asignados al Palacio de Gobierno activaron ayer bien temprano un fuerte dispositivo de seguridad para evitar que los manifestantes lleguen hasta la Plaza de los Desaparecidos para arrancar la marcha en recordación del 30 aniversario de la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner.
Con vallas metálicas y un pelotón de policías, cerraron el acceso de las inmediaciones de Colón y Paraguayo Independiente. Sin embargo, los integrantes de las organizaciones sociales y políticos forzaron la situación y reclamaron la actitud autoritaria y la orden emanada por el presidente Mario Abdo Benítez de que no ocupen ese lugar. Luego de discusiones y empujones, finalmente se llegó a un acuerdo.
Los manifestantes ganaron la pulseada y pudieron llegar a la plaza.
“Hace instantes la Policía estaba operando como en la época de Stroessner. Estamos en la plaza porque la voluntad política hizo enfrentar a sus armas, sus cachiporras y las barreras de hierro”, destacó el histórico dirigente liberal Domingo Laíno, quien representó uno de los íconos de la lucha contra la dictadura stronista.
Otros manifestantes señalaron que la orden de que nadie acceda a la plaza no le hacía nada bien a la imagen del Gobierno actual.