El hecho ocurrió poco después de que delincuentes mataran a sangre fría al oficial primero Gustavo Bareiro Godoy, subjefe de la Comisaría 3ª del barrio Obrero de Ciudad del Este, durante un asalto a una bodega.
La seguidilla de hechos delictivos que dejaron dos muertos se inició con el asalto al local Zuall, donde cuatro asaltantes se llevaron dinero, bebidas y celulares y en la huida asesinaron al policía que llegaba al negocio para comprar un regalo para su mamá.
Uno de los delincuentes le disparó desde muy de cerca con una pistola calibre 9 mm, de cuya consecuencia cayó al piso. Los marginales aprovecharon el momento para robarle el cinturón con su pistola calibre 9 mm reglamentaria, propiedad de la Policía Nacional, y un teléfono celular.
Los asaltantes se encontraban en un automóvil Toyota, Premio, color plateado, en el que huyeron del lugar.
BÚSQUEDA. Enterados del caso, los agentes policiales se lanzaron a las calles a la cacería del automóvil y sus ocupantes. En el kilómetro 12 de la ruta PY02, el grupo de Investigación que estaba en un vehículo particular pidió apoyo al ver un vehículo con características similares al de los asaltantes. Los policías de civil le cerraron el paso a un auto Toyota Premio, con matrícula CFO089, mientras que la patrullera del GEO le cubrió por la parte trasera.
El conductor intentó retroceder para evadirse y en eso ya fue rociado a tiros. Los policías creyeron que se trataba del vehículo de los delincuentes, ya que intentó huir, pero se trataba de Juan Daniel Ortigoza, cuyo cuerpo acusó dos disparos mortales y quedó tendido en la banquina, un trabajador que, con su pareja, Lorena Raquel Rivas Espínola (29) y una menor de 2 años –que se salvaron de milagro– volvían de cenar.
El automóvil de la víctima presentó 38 impactos con armas de diferentes calibres, en ambos costados y en la parte trasera, además de neumáticos.
un error. La Policía informó inicialmente que el automovilista atropelló una barrera, pero esta versión fue diluyéndose a medida que pasaban las horas, hasta que en la mañana de ayer se asumió institucionalmente que hubo un presunto error de procedimiento, por equivocación de los intervinientes.
La agente fiscal Cinthia Leiva inició una investigación por homicidio doloso en el caso del asesinato del joven, así como la apertura de una carpeta investigativa en el caso de crimen del agente policial en servicio y robo de sus pertenencias por parte de la gavilla.
La acción de los agentes policiales obstruyó totalmente todo procedimiento que la institución pudiera realizar en la mañana de ayer sobre los asesinos del agente policial Bareiro.
En la institución policial informaron que se inició un sumario para deslindar responsabilidades.