Richard, acompañado de su padre, se reunió ayer con el comandante de la Policía, Gilberto Fleitas, y acordaron que desde el próximo martes volverá a recibir apoyo económico para realizar los tratamientos médicos, debido a las secuelas que le quedaron.
“Tengo una gran felicidad porque el comandante se comprometió a ayudarnos en todo lo que sea el tratamiento médico: estudios muy caros y la fisioterapia que hace tiempo no podemos hacer”, explicó el padre de Richard, con quien comparte nombre y apellido.
Pereira afirmó que hace más de un año que su hijo tuvo que dejar de tratarse, principalmente por problemas económicos y la falta de ayuda de la cúpula policial. “El año pasado mi hijo estuvo muy mal; le supliqué tanto al anterior comandante, pero no hubo respuesta”, agregó.
El padre destacó la predisposición del comisario Fleitas, a quien consideró un hombre sensible ante la problemática que vive su familia.
De acuerdo con la versión que se dio en el juicio, el hecho ocurrió la madrugada del 13 de agosto de 2016 cuando Richard se dirigía a su casa y lo comenzó a seguir una patrullera. Poco tiempo después, fue interceptado en las calles 24ª Proyectadas y Pa’i Pérez, en el barrio Roberto L. Petit de Asunción.
El suboficial Johnie Orihuela, de la Comisaría Cuarta Metropolitana, habría efectuado el disparo que dio en la espalda del joven.
Por este hecho, el uniformado fue condenado a 20 años de prisión, mientras que su jefe, el comisario Jorge Zárate, recibió una condena de 11 años de cárcel. Ambos están recluidos en la Agrupación Especializada de la Policía.