24 sept. 2025

Poco, ineficiente y desigual

Yan Speranza, presidente del Club de Ejecutivos del Paraguay

Esta semana el Banco Mundial presentó un interesante estudio sobre la inversión en capital humano en el Paraguay, haciendo una revisión de este, tanto en términos de su cuantificación como de su calificación.

La buena noticia es que en los últimos años el gasto social ha venido aumentando de manera significativa en nuestro país, tanto en educación, salud y programas sociales específicos.

Como venimos desde muy atrás, la mala noticia es que, en comparación con otros países de la región –con ingresos similares a los nuestros– seguimos estando rezagados en términos de inversión en capital humano en nuestra población. Es decir, continuamos invirtiendo aún poco.

Sin embargo, la pésima noticia es que ese gran esfuerzo que hemos hecho en términos de inversión creciente no ha generado los resultados esperados. Es decir, somos muy ineficientes en la ejecución del gasto social.

Incluso peor, en muchos casos la lógica de nuestra inversión social no llega a los sectores más desfavorecidos, con lo cual la política pública en realidad puede estar agravando la desigualdad social en un país ya con serios problemas en ese sentido.

En realidad, no se trata de algo que no supiésemos desde hace rato. Pero de tanto en tanto, estos estudios nos recuerdan lo poco que hemos avanzando en reformar nuestras instituciones sociales, en especial para conseguir resultados diferentes.

Haciendo una suerte de contraste, las sucesivas mejoras y el fortalecimiento sistemático de nuestras instituciones económicas nos han generado resultados muy positivos en términos del manejo de nuestra macroeconomía.

Por lo general son instituciones profesionales, bastante blindadas de la contaminación política, y esto sencillamente termina generando mejores resultados.

Con relación a nuestras instituciones sociales, todos estamos convencidos de la necesidad de invertir más recursos en ellas, con lo cual existe una suerte de validación social en dicho sentido.

Sin embargo, las instituciones que manejan los temas sociales están estructuralmente limitadas en sus capacidades para generar bienes públicos con la calidad que nos merecemos los paraguayos. Los datos son contundentes en cuanto a los déficits en términos de resultados.

Esto es relevante, pues la presión para continuar aumentando la inversión social seguirá estando presente, lo cual es bueno desde la perspectiva antes mencionada de que aún invertimos poco para nuestra propia realidad deficitaria en muchos indicadores sociales.

Pero además de ese énfasis en la cantidad, debemos ser mucho más exigentes en la calidad.

Claramente no es suficiente con aumentar la cobertura escolar, ya que los estudiantes fundamentalmente deben aprender, y los servicios de salud, que se han multiplicado, deben brindar precisamente un servicio de calidad y con eficiencia.

Para cambiar el rumbo de las cosas, necesitamos algunas reformas más estructurales en nuestras instituciones sociales y ese debería ser lo central del debate político, impulsado fundamentalmente por el nuevo gobierno. Ese debe ser su principal legado.

Las recomendaciones concretas para superar esta situación –que también aparecen en el estudio de referencia– son abundantes y ampliamente conocidas, pues se vienen repitiendo desde hace muchos años.

Por ello, no se trata tanto de saber qué es que lo que debemos hacer, sino más bien cómo lo vamos a hacer, sobre todo, desde la perspectiva de un liderazgo firme y decidido a nivel político para encarar las reformas.

Como en todo proceso de reformas, muchos intereses entran en juego y las resistencias se activan, particularmente, en estas instituciones sociales que cuentan con miles de funcionarios.

Es ahí en donde la política debe jugar su rol, proponiendo las nuevas ideas, comunicando lo que se precisa hacer, negociando y articulando intereses, convocando a los actores idóneos, en fin, buscando generar transformaciones en la forma en que operamos.

Si no lo hacemos, más inversión social sencillamente no significará mejores resultados. Y en un país con tantas necesidades no podemos darnos ese lujo.