Ni la reciente presencia del presidente Mario Abdo Benítez en la reunión de la Asamblea Anual del Foro Económico Mundial ni la última suba en la calificación internacional de riesgo país son suficientes para alentar el optimismo con miras al horizonte de la inversión extranjera en el país.
La corrupción, la inseguridad jurídica y la deficiente gestión tributaria siguen ensombreciendo al futuro de Paraguay en cuanto a su capacidad de atracción de fondos foráneos para el desarrollo de proyectos productivos, sostienen analistas consultados por ÚH.
En caso de que se logre dar un impulso a las asociaciones público-privadas (APP) en infraestructura e incentivos a la industrialización de la soja, la fundación Desarrollo en Democracia (Dende) observa como probable un incremento de 1% adicional en la llegada de inversiones extranjeras, en el 2019. César Barreto, economista y ex ministro de Hacienda, considera que no habrá un cambio significativo respecto a lo observado en los últimos años.
“La inversión extranjera directa (IED) en el país ha estado por debajo del 1% del PIB y es muy bajo. En general, es una reinversión de las empresas que ya están en el país”, detalla.
Fernando Masi, investigador del Centro de Difusión y Análisis de la Economía Paraguaya (Cadep), coincide con Barreto en sus proyecciones, a no ser que se concreten proyectos muy puntuales en infraestructura o se llegue a dar la privatización de las empresas públicas. Explica que ha tomado fuerza la inversión en el sector inmobiliario y en otros que tienen como destino al mercado interno, en reemplazo de los frigoríficos, las aceiteras y la maquila, cuyo propósito son las exportaciones.
“Nuestro mercado interno es pequeño y rápidamente puede agotarse. Para seguir atrayendo la inversión, se necesita un crecimiento mayor de la economía al que estamos teniendo actualmente”, asevera.
equivocación. En el evento de Davos, el primer mandatario destacó la baja presión tributaria del país (actualmente en 10%) entre las “bondades” que se ofrecen para la inversión. Masi califica a esta intención como una “falacia”, ya que al mostrar el reducido monto que se obtiene como recaudaciones tributarias respecto al tamaño del producto interno bruto (PIB), este indicador en realidad transmite un mensaje de limitada capacidad para brindar condiciones básicas como infraestructura vial, energía y eficiente capital humano. “Si tengo una baja presión tributaria, el inversor sabe que el Estado tiene poca capacidad de ofrecerme lo que necesito para mi inversión”, advierte.
Hasta el tercer trimestre de 2018, Paraguay recibió USD 380,6 millones en flujos de IED, con una caída de 7,5% frente a los USD 411,6 millones que llegaron en mismo periodo de 2017, según el Banco Central. Los saldos de IED sumaron USD 6.409 millones, por encima de los USD 5.941,1 millones calculados a setiembre de 2017.