Los datos difundidos este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) confirman que Argentina ha sumado ya nueve trimestres consecutivos sin crecimiento en el PIB en términos interanuales, un ciclo de recesión que se inició en abril de 2018.
La magnitud del derrumbe entre abril y junio es histórica: no hay un registro trimestral con una caída mayor en las series estadísticas que se remontan hasta 1981 y supera incluso al desplome del 16,3% del primer trimestre de 2002, en lo más álgido de la severa crisis política, económica y social que estalló en Argentina a finales de 2001.
AISLAMIENTO SOCIAL. El saldo del segundo trimestre evidencia el impacto de las estrictas medidas de aislamiento social impuestas por el Gobierno de Alberto Fernández desde el 20 de marzo para hacer frente a la emergencia sanitaria del coronavirus.
Estas medidas, que se comenzaron a flexibilizar paulatinamente desde mediados de mayo y aún están vigentes, supusieron en el segundo trimestre la paralización casi total de buena parte de la economía.
En el segundo trimestre las importaciones de bienes y servicios se desplomaron un 30,1%, las exportaciones cayeron un 11,7%, la formación bruta de capital fijo se contrajo un 38,4 %, el consumo privado descendió un 18,9% y el público, un 10%.
Por sectores, destacaron las caídas de actividad en hoteles y restaurantes (-73,4%), construcción (-52,1%), servicios sociales y de salud (-23,5%), transporte y comunicaciones (-22,5%), industria manufacturera (-20,8%) y comercio (-16,9%). En el primer semestre, el PIB acumuló una caída del 12,6%.
Los economistas que mensualmente consulta el Banco Central para su informe de expectativas proyectan que la economía caerá este año 12%. Ese pronóstico está en línea con la proyección de caída del 12,1% incluida por el Gobierno en el proyecto de Presupuesto 2021 enviado la semana pasada al Parlamento.
“El mundo está sufriendo los efectos de una pandemia que no tiene precedentes en la historia del sistema capitalista tal como lo conocemos, que le ha generado un golpe fortísimo a la economía mundial y también a la economía argentina, que ya estaba viviendo una situación de profunda crisis macroeconómica”, dijo el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán.