El documento publicado por la cartera fiscal indica que, del total de la recaudación de impuestos, el 75% fue a parar a salarios (G. 17,7 billones), el 9% al servicio de la deuda pública (G. 2 billones), otro 9% a las prestaciones sociales (G. 1,9 billones) y finalmente el 4% al pago de jubilaciones (G. 1 billón). Solamente el 3% de los ingresos (G. 701.000 millones) fueron destinados a programas de inversión.
De acuerdo con el informe, el indicador que más varió es el de los salarios, pasando del 71% en 2018 al 75% en el ejercicio anterior.
Con esto, la rigidez presupuestaria se ubicó como la más alta de los últimos cuatro años, ya que en el 2015 se tuvo un resultado del 99%. Si se tiene en cuenta el periodo 2010-2019, la rigidez del año pasado es la tercera más elevada, siendo superada, además del 2015, por el 2013 con el 101%, año en que impactó duramente en las cuentas fiscales el aumento generalizado a los funcionarios sector público (ver la infografía).
Bajos ingresos. La directora de Política Macrofiscal de Hacienda, Viviana Casco, explicó que este resultado no se debió a grandes aumentos salariales o compras, sino que está explicado por la desaceleración de los ingresos.
Casco recordó que la recesión económica hizo que el Fisco recaude USD 260 millones menos de lo estimado, principalmente por la caída en las importaciones que impactó en Aduanas. En ese sentido, resaltó que están monitoreando el movimiento de esa entidad en los primeros días del año y que los resultados preliminares son alentadores.
Señaló que si las metas de recaudación son cumplidas en este 2020, la rigidez podría volver a bajar al 92%.
Este elevado nivel de los gastos rígidos en 2019, no solo limitó la maniobrabilidad al Fisco y las inversiones, sino que además retrasó los pagos de sueldos y beneficios. No obstante, igualmente entidades como Petropar y Hacienda repartieron un doble aguinaldo a sus funcionarios.