Este índice viene creciendo ininterrumpidamente desde el último trimestre de 2018, a partir de un nivel de alrededor de 5% en que se encontraba un año atrás. El 21% de los consultados respondió que la coyuntura es óptima y el 14%, que le es indiferente, según los resultados arrojados por el último informe de Situación General del Crédito.
A la consulta sobre la contradicción entre esta percepción y las señales de recuperación de la actividad económica que exhiben las estadísticas oficiales, Bernardo Rojas, director de Estadísticas Macroeconómicas del BCP, respondió que persisten riesgos en la economía local provenientes de las condiciones climáticas que generan fenómenos adversos como la bajante del río Paraguay; el entorno internacional, por su parte, continúa incierto.
“Se pregunta cómo ha sido el crédito en los últimos tres meses. Esta encuesta se hace en octubre, entonces está todavía abarcando gran parte del periodo donde la actividad económica estuvo con menores movimientos”, explicó.
No obstante, Rojas reconoció que las perspectivas están mejorando para los próximos trimestres. En cuanto a la rigurosidad de los requisitos para la asignación de nuevos créditos, el 32% de los encuestados informó que las exigencias aumentaron, mientras que el 68% sostuvo que no cambió; en el trimestre anterior, alrededor del 35% había recalcado que la rigurosidad fue mayor y de enero a marzo, lo hicieron en un 15%. La perspectiva económica pesimista o muy incierta fue mencionada por el 44% de los actores del sistema financiero que observaron un aumento de la rigurosidad para la aprobación de préstamos. Las variables de menor tolerancia de riesgo y deterioro de las posiciones de balance tuvieron una presencia de 33% y 22%, respectivamente.
“Los aspectos relevantes para el otorgamiento del crédito son el aspecto económico, climático y político”, concluyó.