“Es simplemente eso, es una Nota Reversal que nosotros claramente no reconocemos, no tiene validez jurídica en el Paraguay. Pero el diálogo es muy bueno, así que esto va a estar solucionado y yo me reafirmo que es un logro histórico para el Paraguay y que esto va a permitir normalizar principalmente las obras de Aña Cuá, que son tan importantes”, afirmó Peña a los medios en Luque.
El citado documento de 1992 es considerado lesivo a los intereses nacionales, por determinar una tarifa muy alta de la EBY (USD 50 MWh actualmente), incluso hasta el año 2048, y fuera rechazada por el Congreso paraguayo en 1995.
Sin embargo, en el Acta Acuerdo, incorporada como Anexo al Decreto 303/2025 del presidente argentino Javier Milei, el cual autoriza el convenio operativo en la EBY, se hace mención a aquella. “La diferencia con la tarifa conforme la Nota Reversal de 1992 será compensada con las deudas pendientes de pago con las Altas Partes Contratantes estipuladas en el último balance aprobado por el Consejo de la EBY”, reza parte del documento.
Milei aprobó el acuerdo operativo para aumentar la tarifa que abonan Paraguay y Argentina a la EBY a través del mencionado decreto, accediendo al pago de USD 28 MWh por la energía de la central. Actualmente, la ANDE paga USD 22,63 MWh, y Argentina oscila en sus pagos entre USD 15 y 17 MWh.
Peña aseguró que no hay retroceso en las conversaciones. “Ahí hubo una descoordinación, si podemos decir de alguna manera, sobre un texto, o parte de un texto, de lo que habíamos acordado y, finalmente, se utilizó una versión anterior”, explicó.
“El Paraguay nunca validó el acta reversal del año 92 y esto es parte un poco del conflicto jurídico que tenemos y que lo resolvimos del lado de Paraguay y la Argentina, en el acta que fue firmada en el año 2017 (...), ya aceptada en el congreso (...), pero Argentina todavía no remitió al Congreso, así que estamos en ese limbo jurídico”, agregó el mandatario.
El ingeniero Fabián Cáceres, ex gerente técnico de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), señaló que fue un acierto del Ejecutivo objetar los términos del acuerdo propuesto por Milei en el Anexo al Decreto 303/2025. “Firmar ese documento iba a generar una descolocación. Íbamos a pasar a asumir algo que nosotros como país nunca asumimos. Y, por suerte, me pone muy contento que el Gobierno se haya percatado de que ese documento tenía una falencia demasiado grave, por decir así, para nuestros intereses”, expresó el profesional. No obstante, confía en que el impasse se superará, y que el acuerdo, si bien no soluciona de fondo los problemas financieros de la EBY, es útil para ambos países, y para sostener las inversiones que necesita ejecutar la central. “Creo que van a avanzar porque en esa parte también hay unos acuerdos operativos que son de mucho interés para Argentina. Argentina va a tener dificultades en este invierno para suministrar energía a su mercado. Y entiendo que allí están previstas unas formas de operar la central para atender a los intereses de Argentina. O sea que Argentina es el más interesado en este acuerdo”, subrayó.