Apenas fue presentada por el conductor, la cantante entró al estudio dando saltos, bailando alocadamente e incluso jugó a ser un toro de las típicas corridas, para que la torearan.
Cuando le tocó ser entrevistada, Rubio continuó con sus peculiares reacciones: "¡Buenas noches, España!”, gritó desmedidamente al tomar asiento, imitó el rugido de un tigre y cuando el reportaje iba tomando un carácter más íntimo, pidió que quitaran el sonido de un piano, según publica el portal infobae.com
Con unos extraños lentes, Rubio dijo que su ánimo era consecuencia del “Cocido”, un plato español muy parecido a lo que en México es un “levanta muertos”, que reactiva a las personas.
Su histrionismo al aire le jugó en contra, ya que los que la vieron por la pantalla comenzaron a especular que habría estado ebria al momento de ser entrevistada.
Ante la fuerte versión que hablaba de ello, salió a hablar su publicista, Alberto Gómez: “Absolutamente falso y sin ningún fundamento ese rumor. Paulina llegó alegre, participativa, a un programa de corte familiar que conoce perfectamente”, afirmó su agente.