29 mar. 2024

Paraguayos goleadores de la Libertadores

Son seis los futbolistas, seis las ediciones, sesenta los años.

Este año sacudido por una inesperada pandemia la Copa Libertadores cumple cincuenta años de juegos en diferentes ciudades de la América del Sur y del Norte. Ha pasado medio siglo desde que el 19 de abril de 1960 comenzara a rodar la pelota en los campos, enfrentando a clubes de los más remotos lugares por un trofeo.

El Olimpia tres veces campeón, el Guaraní de fines de los 60, el Cerro Porteño de los 70 o, más recientemente, el Libertad de la década pasada y el Nacional de la que fenece, todos ellos y otros equipos han impreso en la retina de los hinchas del continente, en algún momento de la historia de la Copa Libertadores, la prestancia del futbolista paraguayo compitiendo en el más alto nivel.

Pero solo hay seis futbolistas nacidos en Paraguay que se consagraron goleadores de una o más ediciones de la Copa Libertadores de América, a lo largo de medio siglo y cientos de partidos. Este sí que es un grupo reducido. Dilucidar quiénes son dichos jugadores y las circunstancias en las que cada uno de ellos logró alzarse con la marca de goleador del certamen es la intención de esta nota.

Celino Mora (1964)

El primero en ser goleador de un certamen continental de clubes fue, a la vez, el menos recordado de todos. Celino Mora fue un expeditivo delantero del Cerro Porteño de fines de los 60, campeón en 1970 con Saturnino Arrúa, Carlos Jara Saguier y demás. En 1964, Cerro fue superado por Nacional de Uruguay en primera ronda, hizo 11 goles. Más de la mitad de ellos, 6 en total, los mismos que el argentino de Independiente, Mario Rodríguez, fueron convertidos por Mora.

Raúl Vicente Amarilla (1989)

El segundo artillero paraguayo que terminó al tope de la tabla de goleo fue el técnico delantero que volvió a Paraguay en 1989. Ese año Luis Cubilla armó un equipo fuerte y rápido en Olimpia, mezclando jugadores con experiencia y juveniles intrépidos. Ese equipo llegó a la final de aquella edición en gran medida gracias a los goles de Raúl Vicente Amarilla. Fueron 10, incluyendo los de la ida y la vuelta de octavos contra Boca Juniors; y en la vuelta de las semifinales contra el Internacional, en el Beira Río de Porto Alegre. Compartió el liderato con Carlos Aguilera de Peñarol de Montevideo.

Adriano Samaniego (1990)

Si en la Copa del 89 el zurdo Alfredo Mendoza fue vital para Olimpia antes de marcharse al Newell’s de Marcelo Bielsa, en 1990 lo fue otro zurdo cuya potencia en el remate y cuya virtud de aparecer siempre, como alguna vez dijo Cubilla, en los partidos decisivos y difíciles, fueron postales de aquel Olimpia bicampeón. Adriano Samaniego fue el héroe luego del subcampeonato del año anterior. Autor de un gol en la final de ida contra el Barcelona de Guayaquil, pero también de un golazo en el partido semifinal de ida contra el Atlético Nacional de Medellín, parándola con el pecho y pegándole de media volea, Samaniego no se amilanaba en ninguna cancha y aquel año hizo 7 goles.

Santiago Salcedo (2005)

Solo otro cuarto de siglo después se encuentra otro nombre de un paraguayo como goleador.

Es el de un jugador activo, quien a su vez es el máximo anotador de la historia de la liga paraguaya. Con 24 años entonces y en el Cerro de Gustavo Costas formado por una generación de jóvenes valores de cuna azulgrana Santiago Salcedo convirtió la nada despreciable cantidad de 9 goles habiendo jugado solo hasta octavos de final.

Allí el Atlético Paranaense, que sería subcampeón, eliminó al Ciclón luego de los penales en los que, cosas del fútbol, Salcedo falló el suyo.

Salvador Cabañas (2007-2008)

Salvador Cabañas convirtió 10 goles en una Copa, la de 2007, en la que llegó hasta cuartos de final con el América de México. Con los colores del equipo más popular de la capital del país del norte, el jugador paraguayo resultó goleador en el año en el que, como Amarilla en 1990, fue elegido Rey de América. Y fue goleador no una, sino dos veces del campeonato. Es el único paraguayo en conseguir tal marca. En 2008 no solo vengó la eliminación a manos de Santos de Brasil en la misma instancia, sino solo el gol de visitante de Liga de Quito lo privó de disputar la final contra Fluminense, en otro año de ensueño en el que hizo 9 goles.

Julio Dos Santos (2014)

El último jugador paraguayo en ser goleador sigue también activo y, al mismo tiempo, es el que menos goles necesitó para serlo. Julio Dos Santos hizo 5 hace seis años con la camiseta de Cerro, los mismos que el uruguayo Nicolás Olivera de Defensor Sporting. El equipo de Chiqui Arce entonces quedó en octavos, a manos del Cruzeiro de Belo Horizonte. Sin embargo, aquella edición convirtió a Dos Santos en el último jugador nacido en territorio paraguayo en ser goleador de la Copa Libertadores. Lo cual, teniendo en cuenta la rica historia del torneo y los nombres de quienes lideraron las tablas de goleadores en todos estos años, no es precisamente poca cosa.

2 paraguayos son parte de los máximos goleadores de la Copa: Raúl Amarilla y Juan Manuel Battaglia, con 22.

Extranjeros en Paraguay
El brasileño Gauchinho (1999) y el argentino Roberto Nanni (2011, foto) fueron goleadores de la Copa por el mismo club: Cerro Porteño.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.