AFP
MONTEVIDEO - URUGUAY
El presidente uruguayo, José Mujica, pidió ayer a los trabajadores no contribuir al aumento de los precios, ya que detener la inflación es el “compromiso número uno” del Gobierno.
“Debemos de cuidar el gasto, sobre todo el gasto superfluo en todo lo posible, porque es la hora en que la batalla principal se llama detener la inflación (...) que porfiadamente subyace en nuestra economía”, dijo en su audición radial semanal.
“Hoy tenemos esa dura tendencia que está instalada en nuestra economía y no podemos dejar al Banco Central para que acuda a recursos monetarios, porque eso tendría la gravedad de afectar el trabajo exportador del Uruguay”, sostuvo Mujica, que celebró el crecimiento del país, que sumará una década este año, y la caída de la pobreza desde la llegada de la izquierda al poder, en 2005.
“El salario real promedio de los uruguayos aumentó casi el 37% en los últimos siete años”, enfatizó. “Tontos de nosotros si perdemos todo lo que hemos conquistado en un momento de incertidumbre mundial, cuando la economía europea se cae a pedazos y cuando hay tendencias cada vez más duras (...) debemos entender que hay un momento relativo de retracción y lo tenemos que sortear”, indicó.
“No es lo mismo la situación del país con una inflación del 5% a una inflación del 8 o 9%, porque el problema es el 10", dijo. “Si cruzamos la barrera del 10 nos precipitamos y tal vez saltemos y nos queden muchísimas conquistas por el camino. El Gobierno no quiere transferir al próximo Gobierno la necesidad de un ajuste fiscal"", advirtió. Por eso “el compromiso número uno es detener la inflación”.
“Aquellos que tienen mejores ingresos (...) deberían acompañar en no dar más presión a esa inflación”, pidió.
Esta semana el Gobierno se enfrentó a un sindicato, tras cuestionar un preacuerdo salarial alcanzado entre los trabajadores y empresarios de la bebida para los próximos 3 años, que prevé un incremento en torno al 10% anual, en base a una inflación estimada de 7%, superior al rango meta del Gobierno (4 a 6%).
La polémica surgió cuando economistas advierten que los incrementos de salario en los últimos años han venido presionando la inflación, el principal dolor de cabeza del Gobierno. El índice de precios al consumo subió 1,15% en octubre, acumulando un aumento de 7,89% en 10 meses.