En un largo discurso ante los embajadores y representantes diplomáticos de los 183 países acreditados ante la Santa Sede, el Pontífice argentino hizo un balance del año que acabó de terminar, enumerando los principales problemas que azotan al mundo: Guerras, desigualdades y cambio climático.
El papa, que en 2019 hizo varios viajes internacionales, entre ellos a Panamá y Japón, teme ante todo “un conflicto a mayor escala” entre Irán y EEUU. “Son preocupantes las señales que llegan de toda la región, después del aumento de la tensión entre Irán y EEUU”, afirmó al citar las “heridas del mundo”.
“Renuevo mi llamamiento para que todas las partes interesadas eviten el aumento de la confrontación y mantengan encendida la llama del diálogo y del autocontrol, en el pleno respeto de la legalidad internacional”, reiteró.
El Pontífice volvió a clamar por “un compromiso más asiduo y eficaz” de la comunidad internacional por la paz, lamentó el “manto de silencio” que cubre la brutal guerra en Siria y aprovechó la ocasión para agradecer a Jordania y a Líbano “por acoger y hacerse cargo, con no pocos sacrificios, de miles de refugiados sirios”.
El líder de la Iglesia católica aprovechó la ocasión para condenar todo tipo de violencia, “que por ningún motivo puede ser adoptada como instrumento para afrontar las cuestiones políticas y sociales”. AFP
Corrupción en América
El Papa también habló ayer de su preocupación por la multiplicación de tensiones en América Latina, azotada por un año marcado por protestas en varios países, donde multitudes marcharon para reclamar cambios. “Los conflictos de la región americana, aun con raíces diferentes, tienen en común profundas desigualdades, por injusticias y corrupción endémica, así como diversas formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas”, sostuvo. AFP