Dulce manjar. Especialista en realizar los postres más ricos del país, Pamela se volcó de lleno a la gastronomía gracias a su gran maestra, la chef Teresita Benegas.
Su pasión por los dulces se remonta a los momentos más lindos de su infancia y por ello decidió emprender su propio negocio en la comodidad de su hogar, para estar más cerca de sus hijos, y hoy disfruta de su pequeña nieta Agustina, quien, en sus palabras, es la luz que ilumina sus vidas.
Festejo a medias. Este año su festejo será diferente, con una silla vacía, pues un año atrás, en el Día de la Madre, debido al Covid-19 perdió a José Franco, su compañero y amor de su vida. A pesar del duro golpe, gracias a sus hijos, su nieta y su pasión por los dulces, sacó fuerzas para continuar la vida, ser un ejemplo de sacrificio, entrega, perseverancia y seguir día a día. “Creo que lo que nos sostiene fielmente es el Señor en primer lugar, su amada madre la Virgen, mis hijos, mi nieta, los amigos y la familia, todo es el complemento perfecto para que sea más llevadero todo”, sostiene.
Pamela es un gran ejemplo de lucha y perseverancia, demostrando que una madre lo puede todo por sus hijos. “Dar vida desde ya es una bendición. Dimensionar qué papel ocupamos es algo maravilloso. La mejor manera de dar gracias es que nuestros hijos reconozcan está mágica entrega y la multipliquen en buenos actos en todo lo que les corresponde hacer”, finaliza.
SuperMamÁ. Hoy la progenitora se encarga de endulzar la vida de sus seres queridos.