RÍO DE JANEIRO-BRASIL.
La policía del estado de Río de Janeiro arrestó ayer a 30 personas acusadas de integrar la organización que controla el tráfico de drogas en la Rocinha, la mayor favela de esta ciudad brasileña, informaron fuentes oficiales.
Las detenciones fueron hechas en una operación realizada por agentes de la Policía Militarizada y de la Policía Civil y que se proponía la captura de 58 personas, contra las que fueron expedidas órdenes de prisión por supuestos vínculos con el narcotráfico.
Los miembros de la banda fueron identificados gracias a escuchas telefónicas en una investigación que estableció que cerca de cien personas siguen vendiendo drogas en la Rocinha pese a que la favela está ocupada por la policía.
La operación se propuso expulsar a los narcotraficantes que permanecen en la Rocinha, barriada que fue fortín de las bandas criminales por muchas décadas hasta noviembre de 2011, cuando su control fue retomado por las autoridades en una acción que contó con centenares de policías y el apoyo de blindados y helicópteros del Ejército.
Pese a que la mayoría de los pistoleros habían sido expulsados y a la instalación de una Unidad de Policía Pacificadora (UPP), como son conocidos los puestos policiales permanentes en las favelas arrebatadas a la criminalidad, algunos vendedores de drogas seguían actuando en esta barriada bajo el comando de un narcotraficante que está preso en una cárcel de alta seguridad.
En junio pasado, el turista alemán Daniel Benjamin Frank, de 25 años, fue tiroteado por miembros de las bandas de delincuentes que resisten en la Rocinha.
En su momento, el gobernador de Río, Sergio Cabral, admitió que el propio tamaño de la barriada pobre, en la que viven cerca de 70.000 personas, dificulta el total control de la misma.
Según la Policía, dos de las personas detenidas ayer integraban el grupo de pistoleros que en agosto de 2010 invadió el vecino y lujoso Hotel Intercontinental en un ataque que dejó a 35 turistas como rehenes por algunas horas y que provocó pánico en los alrededores.
Pese a que la policía detuvo a varios de los responsables por ese ataque, al menos 9 fueron beneficiados en abril pasado por una decisión judicial que les permite esperar el juicio en libertad.
La instalación de las UPP en favelas antes controladas por bandas criminales forma parte de una política de seguridad pública iniciada por la gobernación en 2008 para expulsar a las bandas de narcotraficantes de las principales barriadas de la ciudad antes de los Juegos Olímpicos que la ciudad organizará en 2016.
Esta política, que ha reducido significativamente los índices de violencia y criminalidad de Río de Janeiro, ha sido considerada modelo para otros países de la región por organizaciones multilaterales.