El Gobierno de Nicaragua que preside Daniel Ortega sigue eliminando opositores a tres meses de los comicios, en los que el ex guerrillero sandinista, próximo a cumplir 76 años, buscará su quinto mandato de cinco años, cuarto de forma consecutiva y segundo junto con su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
La última en quedar fuera de la carrera electoral fue la ex reina de belleza de Nicaragua 2017 Berenice Quezada, que aspiraba a la Vicepresidencia por la opositora Alianza Ciudadanos por la Libertad (CxL).
Según esa coalición de centroderecha, la joven, de 27 años, “fue notificada en su casa por las autoridades judiciales y del Ministerio Público, acompañadas por la Policía, que quedaba a partir de ese momento en retención domiciliaria, sin acceso a comunicación telefónica, con restricción migratoria e inhibida de postularse a cargos públicos de elección popular”.
La ex Miss Nicaragua 2017 fue detenida a petición de un grupo de ciudadanos que se identifican como “víctimas y familiares del terrorismo golpista de 2018”, afines al Gobierno, que solicitaron la inhabilitación a su candidatura por supuesta apología del delito e incitación al odio.
Según analistas consultados por Efe, Ortega no sólo quiere controlar el proceso electoral, sino también el discurso y los temas a debatir.
Con Quezada son 32 los líderes y dirigentes opositores, entre ellos siete aspirantes a la Presidencia, que han sido detenidos desde el 28 de mayo pasado, en el marco del proceso electoral. La ex reina de belleza se convirtió en la primera candidata inscrita en ser detenida e inhabilitada.