09 may. 2024

Oportunidades y riesgos económicos para 2024

El año 2024 nos depara buen desempeño económico, pero con una menor tasa de crecimiento que 2023. La proyección de crecimiento del PIB para el 2024 se sitúa en 3,8%, explicada por la expansión de los tres sectores económicos, primario, secundario y servicios. No obstante, el buen escenario enfrenta riesgos que impedirán que los beneficios del crecimiento beneficien a la mayoría. El aumento de los precios internacionales de alimentos y combustibles presionará a la inflación interna y la crisis climática tenderá a agudizar sus efectos negativos. No se esperan cambios sustanciales en el mercado ni en los ingresos laborales. En el 2024 se necesitarán buenas políticas públicas para evitar retrocesos en los avances logrados en las últimas décadas.

En el sector primario se esperan buenas condiciones climáticas para la producción agrícola y para el sector ganadero, unas excelentes perspectivas gracias a la apertura del mercado estadounidense. En el sector secundario se prevé una recuperación de la construcción impulsada principalmente por el sector privado.

Las buenas perspectivas económicas, las tasas de interés más bajas y la estabilización de la inflación en torno a la meta son factores que podrían contribuir positivamente en el desempeño del sector. La dinámica positiva proyectada en las construcciones y en el sector primario se trasladaría también a la industria manufacturera. Un aumento de las lluvias por El Niño también beneficiará a la generación de energía eléctrica. La expansión del sector terciario se fundamenta en el buen desempeño del comercio, los servicios a los hogares, así como los servicios a las empresas, entre otros.

Por el lado del gasto, se estima un aumento de la demanda interna, explicado por un crecimiento del consumo privado y un repunte de la formación bruta de capital fijo, en tanto que las exportaciones e importaciones también registrarían incrementos.

Las proyecciones de la inflación para 2024 se mantienen, pero esto no limita el riesgo de pérdida de capacidad adquisitiva de la mayoría de los hogares paraguayos y un eventual aumento de la pobreza, ya que, por ejemplo, en 2023, la canasta de alimentos sufrió fuertes incrementos, afectando desproporcionadamente a los sectores de menores ingresos que en Paraguay son la mayoría de la población.

Los riesgos derivados del ámbito externo persisten. Una desaceleración global mayor a la esperada está en el escenario posible, así como un aumento del precio del petróleo frente a la persistencia de conflictos bélicos.

El alza en los precios de los alimentos a nivel internacional continuará presionando al índice de precios al consumidor, lo que hará más difícil la lucha contra la pobreza y la caída de la capacidad adquisitiva de los ingresos en los hogares.

En conjunto, gran parte del aumento de la inflación en Paraguay en los últimos años está explicada por el incremento de los precios de combustibles y alimentos, por lo que si nuestro país no logra mayores niveles de seguridad y soberanía alimentaria y una transición energética justa, será difícil mejorar la calidad de vida.

El factor climático continuará generando volatilidad económica, tanto por su impacto en la producción de alimentos a nivel interno como de bienes de exportación. Además de las cada vez más costosas consecuencias de las tormentas y las olas de calor para el sector público y los hogares.

Sin políticas públicas que garanticen la adaptación al cambio climático, muchos de los avances logrados en las últimas décadas podrían tender a revertirse. Se espera del nuevo gobierno que sepa enfrentar estos desafíos.

Más contenido de esta sección
El hecho de que la mayoría oficialista del senado haya retrocedido en la barbaridad cometida cuando devolvió fueros a senadores previamente desaforados que están siendo investigados por la Fiscalía, puede verse como que enmendaron un error. Sin embargo, una acción que significó el atropello a la Constitución Nacional no debe quedar impune. Los 23 senadores que votaron por devolverle los fueros a Erico Galeano, Hernán Rivas y Rafael Filizzola, deben ser investigados, pues en un estado de derecho nadie está por encima de la ley.
Hace unos días, fue intervenida una estancia en Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, y en el lugar fueron detenidas diez personas de cuyo poder incautaron fusiles AR47 y una avioneta Cessna, además descubrieron una pista clandestina que habría pertenecido a la estructura liderada por el supuesto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y al presunto líder de tráfico de drogas, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico. Resulta insostenible la falta de control del espacio aéreo nacional, ante la impasividad o complicidad de las autoridades.
Aproximadamente, unos 1.300.000 niños y adolescentes paraguayos retornaron a clases en los establecimientos educativos públicos hace unos días, y el escenario que hallaron muchos de ellos ha sido el de una infraestructura deficiente y precariedades. A pesar de que la Constitución Nacional consagra el derecho a la educación, frente a la realidad a la que asistimos, parecen apenas palabras vacías de significado debido a la ceguera de nuestros líderes políticos para anteponer los intereses de la mayoría y apostar por el presente y el futuro del país.
El acceso de los niños a alimentos adecuados y saludables es esencial para garantizar su bienestar físico, intelectual y social. Los programas de alimentación escolar han formado parte de la política educativa desde hace más de un siglo y permanecen en la actualidad, independientemente del nivel de desarrollo de los países y de los ingresos de los hogares. Pero en todos los países el programa se ha planteado de manera integral y tiene alto consenso social. Paraguay no puede ser una excepción. Los cambios planteados solo generaron conflictividad, a la vez de que no garantizarán mejoras sustanciales.
Los agricultores familiares producen la mayor parte de los alimentos frescos y sanos, diversificados y culturalmente apropiados. Generan oportunidades de empleo agrícola y no agrícola, y ayudan a las economías rurales a crecer. La agricultura familiar preserva y restaura la biodiversidad y los ecosistemas, y utiliza métodos de producción que pueden ayudar a reducir o evitar los riesgos del cambio climático. La agricultura familiar es fundamental para mantener la capacidad adquisitiva de los ingresos de todas las familias y para reducir la pobreza en el sector rural. Dejarla en el abandono es poner un obstáculo al crecimiento sostenible, al bienestar de los hogares y al desarrollo del país.
La violencia contra las mujeres es una preocupante realidad en el Paraguay. En este Día de la Mujer Paraguaya debemos recordar los datos de las instituciones que señalan que, pese a las leyes, los casos de violencia en el hogar y los casos de feminicidio no disminuyen. Estamos lejos de ser una sociedad que respeta y valora las capacidades de las mujeres; prueba de ello es el aumento en el último año de la violencia política. Este es un indicador del largo camino que nos falta andar para ser una sociedad verdaderamente democrática.