Su nombre es Ónix y ya es una costumbre que acompañe a su dueño, Federico Trinidad, a ver el partido de Cerro Porteño. Esta vez fue a la olla monumental, cuando el azulgrana luchó por la victoria contra el Club Guaraní.
En el encuentro deportivo Cerro logró arrasar con dureza. Mostró un baile triunfador frente al aurinegro. Fue superior y obtuvo cuatro goles contra cero, demostrando una sobrecarga de furia en su nueva cancha.
El pequeño Ónix tiene dos años y medio. Estuvo observándolo todo desde las graderías con una casaca del club cerrista. Conquistó las redes sociales y cautivó a quienes lo veían colocar sus patitas por la gradaría para observar el baile dentro del césped.
La hinchada ya no lo ve como una mascota, sino como la cábala del ciclón. La casa de Ónix queda detrás mismo del club. Su dueño prefirió ayer no llevarlo a la cancha, por lo que Charles Mattesich, amigo de la familia, prefirió llevarlo como acompañante.
“Fede no le quiso llevar ayer a la cancha porque no puede ver tranquilo el partido; lo que pasa es que Ónix se pone loco en la cancha. Pero como ya nos siguió durante media cuadra le dije que yo le iba a llevar. El policía me miró mal primero, pero le dejó entrar en el control”, contó Charles en contacto con nuestra redacción.
EL DESCONOCIDO QUE LE REGALÓ UNA CAMISETA
La historia no termina allí. Los hinchas le aman tanto que depositan su confianza en él, con el deseo de que dé un toque de suerte para que el club salga campeón. Un fanático incluso decidió regalarle su camiseta.
“Un muchacho de 25 años por ahí estaba detrás de él. En un momento vio que Ónix se levantó cuando entró el gol de Cerro. El tipo salió y le dijo a Fede que le quería regalar la camiseta que tenía puesta. Eso fue lo mejor de todo”, contó.
Según detalló, cuando el azulgrana metió nuevamente un gol, el hincha se levantó y corrió hasta Ónix mientras gritaba con emoción. Se sacó la camiseta y se la puso al perro como cábala.