La organización recomendó como una medida de precaución general el uso de repelente para evitar la picadura del mosquito transmisor del virus, tras recordar que el mayor riesgo se corre durante el día y al inicio de la noche.
El número de personas infectadas desde que empezó el año ha superado la barrera de los tres millones en el continente (casos reportados hasta el 1 de julio), cifra que supera a la de todo 2022 (2,8 millones de casos) y que está cerca del récord de los 3,1 millones registrados en 2019.
Brasil, Perú y Bolivia son, en este orden, los países con más casos en general, pero si se consideran los casos de dengue severo –que puede conducir a la muerte– el tercer lugar lo ocupa Colombia.
Según un informe epidemiológico publicado el miércoles por la OMS en Ginebra, entre el 12 de junio y el 1 de julio se observó una disminución de casos en las subregiones del Cono Sur, lo que se atribuye a la aplicación de medidas de control y al cambio de la temperatura y del clima.
No obstante, la OMS sostuvo que se sabe que hay un retraso en la notificación de casos de los países de Centroamérica y el Caribe.
De los casos totales de dengue reportados en América, 45% corresponden a confirmados en laboratorio y el 0,13% han sido clasificados dengue severo.
Desde principios de 2023, se han registrado 1.302 muertes por esta enfermedad infecciosa en América, lo que refleja una tasa de mortalidad de 0,04%.
La OMS dijo que los países deben centrar sus esfuerzos de prevención de muertes en la detección temprana de casos, el diagnóstico y el control del virus, lo que requiere entrenar al personal sanitario para que sea capaz de identificar rápidamente los casos y posibles complicaciones.
En la década de 1980, los sistemas de vigilancia reportaban en las Américas cerca de 1,5 millones de casos, “y en la última década (2010-2020) el continente registró más de trece millones de casos de dengue”, había asegurado en una entrevista José Luis San Martín, asesor regional de dengue en la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El experto también no descartó que las cifras sigan creciendo después de mitad año, ya que los patrones climáticos extremos pueden influir en la propagación y la incidencia de la enfermedad.
A medida que los sistemas de salud se enfocaban en la respuesta a la pandemia del Covid-19, los recursos destinados a la prevención, el monitoreo y el tratamiento de estas enfermedades se vieron reducidos en muchos países de la región.