Por Óscar Bogado
ENCARNACIÓN
Un grupo de 30 oleros encarnacenos lograron reactivar la producción de ladrillos, a través de la creación de una cooperativa que aglutina al sector. El nivel de producción es de 50.000 ladrillos por día y el producto tiene una alta demanda en la región. Cada ladrillo tiene un costo de 200 guaraníes, y la calidad es de primera.
La actividad de los oleros se reanudó tras un año de receso, a causa de la falta de maquinarias y materia prima.

Hoy con la ayuda de la Municipalidad de Encarnación, la Gobernación de Itapúa y la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), lograron comenzar a operar la principal fuente de trabajo de los integrantes de la Asociación de Oleros de la ciudad de Encarnación.
La fábrica está ubicada en el barrio Itá Paso de Encarnación, lugar donde fueron reubicados por las obras de terminación de Yacyretá. Anteriormente, estaban a orillas del río Paraná en el barrio Mboi Caê.
Entre los aportes recibidos por los oleros figuran unas 10 mezcladoras eléctricas, nuevas instalaciones eléctricas y materia prima suficiente para comenzar a trabajar nuevamente en el rubro. Se estima que hay unos 28.000 metros cúbicos de arcilla listos para ser procesados en el establecimiento de los oleros.
“Reactivamos otra vez nuestra fábrica de ladrillo. Con las máquinas dejamos de usar el famoso malacate para hacer los ladrillos, estamos sacando productos de primera calidad”, destacó Carlos Chávez, presidente de la Asociación de Oleros de Encarnación.
GRANDE. La Cooperativa de Oleros cuenta con 87 asociados, de los cuales 30 comenzaron a trabajar nuevamente en el rubro. Se estima que en las próximas semanas se irán sumando los demás miembros.
“Estamos teniendo mucha demanda por nuestros productos, de todos lados recibimos pedidos. Esto quiere decir del buen trabajo que estamos haciendo entre todos los compañeros. Nuestra producción diaria vamos a aumentar una vez que todos los socios de la cooperativa vuelvan a trabajar”, dijo Carlos Chávez.
INSTALACIÓN ELÉCTRICA Y MAQUINARIAS
Todo el equipamiento tanto los motores como la red eléctrica, hasta el lugar donde funciona la fábrica de la Cooperativa tuvo un costo superior a los 300 millones de guaraníes. Este monto fue solventado por la EBY. “Si las autoridades no atendían nuestros reclamos, hoy íbamos a estar por las calles mendigando para comer. Gracias al apoyo tenemos una fuente de trabajo que tiene buena salida en el mercado, esto permitirá que todos salgamos adelante y así mantener a nuestras familias”, refirió Carlos Chavez, titular de la Cooperativa de Oleros de Encarnación.