“El problema más urgente se ha resuelto”, aseguró satisfecho el argentino Rafael Rossi, que dirige esta agencia de la ONU, tras haber regresado a Viena.
Rossi destacó que el acuerdo alcanzado servirá para “dar tiempo a la diplomacia”.
El director del OIEA viajó a la capital iraní para intentar apaciguar las tensiones entre Occidente e Irán, después de que a principios de esta semana la agencia de la ONU acusara a Teherán de “obstaculizar seriamente” sus actividades de supervisión.
El jefe del OIEA se reunió con el director de la Organización de energía atómica local y vicepresidente del país, Mohammad Eslami.
En un comunicado conjunto, ambos responsables anunciaron que “los inspectores del OIEA cuentan con la autorización para intervenir en el mantenimiento de los equipamientos, así como para reemplazar los discos duros” de las cámaras instaladas en las infraestructuras iraníes por el gendarme nuclear de la ONU.
“Dentro de unos días” los inspectores del organismo de la ONU podrán acceder al material de vigilancia de los distintos emplazamientos iraníes y asegurarse de que funcionan correctamente, tras varios meses de incertidumbre, explicó. En su segunda visita a Irán este año, Grossi logró con este nuevo compromiso la continuidad de la vigilancia y control del programa nuclear iraní, y también ofrecer un mayor lapso a las grandes potencias que intentan resucitar el acuerdo alcanzado en Viena en 2015. “Se ha restablecido la comunicación”, destacó el director del OIEA. AFP