Referentes del oficialismo en Argentina pidieron el domingo que el Estado argentino retome el control y la administración de la vía de transporte fluvial que integran los ríos Paraná y Paraguay, clave para la salida de buques de carga hacia el Atlántico.
El pedido forma parte de un documento difundido el domingo y que lleva la firma, entre otros, de parlamentarios, alcaldes, dirigentes sindicales y empresariales, economistas y académicos ligados al oficialismo.
“Nos encontramos ante la oportunidad de retomar el control del Paraná, un canal crucial para el comercio exterior argentino por el que circula la mayor parte nuestras exportaciones e importaciones, elevando bien alto la bandera de nuestra soberanía”, afirma el documento.
La concesión de la Hidrovía Paraná-Paraguay, que está en manos de un consorcio integrado por la firma belga Jan de Nul y la argentina Emepa, caducaba en abril pasado, pero el Gobierno la prorrogó por 90 días, hasta el 30 de julio, con vistas a llamar a una licitación para adjudicar las operaciones de dragado y balizado de la vía a un nuevo operador.
Los firmantes reclaman, sin embargo, que la hidrovía no continúe en manos privadas sino que sea el Estado el que retome el control y la administración de la red troncal fluvial, el que cobre los peajes en el tránsito fluvial y el que ejerza un “efectivo monitoreo y control” de la actividad portuaria y del tráfico comercial.
“Lo que está en juego es la capacidad soberana, el control y el cuidado de aguas territoriales argentinas”, señala el documento.
La Hidrovía Paraguay-Paraná es la vía de salida del 70% de las exportaciones de Argentina, principalmente la de granos y derivados.
Por ese sistema se transportan cargas provenientes no solo de Argentina sino también de Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay.
Además, es una de las vías navegables naturales de mayor longitud del planeta, con 3.442 kilómetros por los que transitan unos 6.000 buques por año.
El sistema de los ríos Paraguay y Paraguay desemboca en el Río de la Plata y, desde allí, conecta con el Atlántico.
En el documento, los firmantes también reclamaron concretar la puesta en marcha del Canal Magdalena, “indispensable para estructurar el desarrollo de una perspectiva marítima estratégica...”.