“¿Por qué no conectar el coronavirus con la Cuaresma entendida como conversión y acercamiento a Dios? La Cuaresma nos pone un tiempo para vivir en espíritu de penitencia. Y ahí está, el coronavirus que nos está poniendo en bandeja esta situación”.
El obispo propone tres actividades para vivir el espíritu de penitencia, propia de la Cuaresma. “La primera actividad, la oración, el coronavirus nos puede ayudar a levantar la mirada al cielo, y a recordar que somos vulnerables”.
Indicó que el aislamiento debe ser además una ocasión propicia para reunirse en familia, estar juntos y rezar el rosario”. Pidió a las autoridades que apoyen con fuerza la economía, y la investigación, ahora que el virus está creando lamentablemente una nueva crisis, no solamente económica sino en muchos otros aspectos. (D.B.)