19 abr. 2024

Nuestro arco y flechas tienen poder

Escribía hace semanas que estábamos en guerra y que el adversario tenía en una guerra de quinta generación todas las armas posibles.

Las virtuales y las reales. La plata de los dueños del mundo. El servicio comprado de los gobiernos e instituciones.

Y frente a todo esto el pueblo luchando con el corazón y apenas arcos y flechas.

Algo parecido a lo que muestra la película Avatar.

Este es el momento presente en el mundo. Y, también, en el Paraguay.

El Imperio del Norte de América nos considera al resto como su patio trasero y actúa de esa manera.

Multiplica sus bases (por ellas pagamos también el abuso sexual de nuestras mujeres y niños). Nos somete con el Banco Mundial. Y es en su Embajada donde se decide el apoyo político para ganar las elecciones.

“Concretamente, en el Paraguay la fuerza económica de unos pocos se impone y nos están convirtiendo en un territorio sin tierras (los brasiguayos siguen aumentándolas), en una nación con dos inmensas represas sin soberanía energética, en una seudodemocracia donde todo lo domina la corrupción.

Y como intermediarios para lograr todo esto usan un partido hegemónico (colorados y una parte de liberales). Vendido al Imperio con tal de poder seguir robando al pueblo”

Y frente a todo esto, nosotros con arcos y un puñado de flechas.

Y esto es verdad, pero no es toda la verdad.

Una vez nos arrasaron en la guerra grande. Pero no nos hicieron desaparecer. Si quieren repetirlo, tampoco nos arrasarán y ya estamos más preparados. Nuestras flechas tienen mejor puntería.

Además, la mayoría de nuestro pueblo es creyente en el Dios de Jesús en sus diversas Iglesias, y sabemos que la causa de nosotros los empobrecidos es la causa de él.

Les pido que pensemos en todo esto.

Sin ilusiones baratas, pero también sin miedos. Sobre todo que, con alegría, nos unamos tácticamente.

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