Tiempo después fui designado asesor de un ministro en las áreas de mi propia incumbencia profesional, cuando cayeron en mis manos datos alarmantes que se consolidarían luego, infelizmente, para llevarnos a la situación actual. En la jerga técnica esos datos se denominan variables. Las variables son elementos que causan un efecto asociado junto con varios hechos o factores y que permiten construir razonablemente políticas públicas efectivas.
Para confirmar mis sospechas, con aquiescencia de mi superior de entonces, solicité una charla con un ex comandante mío en el Regimiento Escolta Presidencial, recién llegado de Europa y Medio Oriente, jubilado ya por entonces. Un alumno siempre recurre a sus instructores.
Confieso que fue una cátedra memorable de más de cinco horas. Dicha entrevista me confirmó de manera científica la sospecha de que estábamos ante la consolidación del inicio de un proceso asimétrico (guerrilla, terrorismo, crimen organizado), cuyas consecuencias traerían muchos problemas para los gobiernos paraguayos del futuro, si no se tomaban a tiempo las medidas del caso.
El desafío exigía una concepción estratégica apropiada para la elaboración de un proceso con nuevas normas legales que permitirán la construcción de una mayor institucionalidad, soberanía y defensa nacional.
Me hablaba mi contertulio sobre las bondades de los programas académicos a los cuales accedió, incluidas materias, como Sociología, Filosofía con énfasis en la mayéutica socrática, Historia Militar y la biografía de los grandes capitanes y de los principales líderes políticos de la historia, entre otras. Todos estos estudios eran previos a la acción del entrenamiento específico: enfrentar al terrorismo en sus diferentes facetas.
En el momento de la despedida, fiel a su estilo de mando militar, don Víctor Manuel levanta la voz, me llama por mi grado de entonces y me dice: “Eñangarekorõ peteî mbaére (prestá atención sobre algo): el terrorismo no te puede marcar la agenda, pero para ello se tiene que saber cómo encararlo”.
Recuerda que “el yaguareté (Panthera onca) nunca muestra todos sus secretos”. Transcurrido el tiempo, llegó el final de aquel periodo presidencial con el tradicional saludo, audiencia y conocimiento entre el funcionario comisionado que termina sus funciones y el nuevo ministro designado del área en donde me desenvolvía.
En dicha audiencia recordé la frase de mi antiguo comandante y se la repetí al designado, “los grupos terroristas no nos pueden marcar la agenda”. Solo que olvidé completar la frase: “Toda vez que usted sepa lo que debe hacer”. Infelizmente alguien de manera inocente repite la misma frase en los círculos del poder entrante, y el resto de la historia usted ya la puede hilar.
Es que, finalmente, la imagen que proyecta un líder, es directamente proporcional al asesoramiento eficaz y oportuno que le proveen. Me despido con un gracejo familiar que quizás defina al año que se va. Decía mi bisabuelo catalán al sorber una copa de vino, una frase que de niño nunca la llegué a comprender, sino hasta mucho tiempo después: “Salud nomás”. Que el año entrante nos prodigue a todos de ella. Buena y abundante. Nos merecemos largamente un ¡feliz año 2021!
Finalmente, la imagen que proyecta un líder, es directamente proporcional al asesoramiento eficaz y oportuno que le proveen