03 sept. 2025

No ignorar el sentir ciudadano para la renegociación de Itaipú

Al Gobierno parece no importarle mucho el sentir de una mayoría de la ciudadanía, que cada vez tiene más desconfianza ante la próxima renegociación con Brasil del Anexo C del Tratado de Itaipú. Solo así se explica que haya decidido nombrar como director paraguayo de la binacional al ex canciller Federico González, precisamente uno de los acusados de integrar el equipo que negoció en secreto, en 2019, la firma de un acta bilateral sobre la contratación de la energía de Itaipú, que resultó más favorable para los intereses del Brasil, que casi llevó al juicio político del actual mandatario y que posteriormente tuvo que ser anulada. Poner en un puesto clave a alguien considerado como entreguista de los intereses paraguayos es un grave error político, que solo aumenta la indignación popular, tal como se ha visto en las reacciones de estos días. Esperemos que solo sea una falta de inteligencia y no de patriotismo.

La esposa del César no solo debe ser honesta, sino también debe parecerlo” es uno de los axiomas claves en el ámbito político, que proviene del antiguo Imperio Romano. Fue cuando el máximo pontífice de Roma, el legendario Julio César, en el siglo I a.C., se vio envuelto en un escándalo, cuando se acusó que un hombre se había metido a una fiesta para seducir a su esposa, Pompeya. Aunque no hubo pruebas de que fuera verdad, el mandatario decidió divorciarse de su esposa, aduciendo que quien fuera su esposa debía estar por fuera de toda sospecha.

Algo similar sucede con las nuevas movidas de piezas de ajedrez que hizo el presidente Mario Abdo Benítez en su Gabinete, cambiando simplemente de lugar algunas figuras, pero sin producir los cambios más esperados. Por el contrario, el enroque solo provocó mayor desconfianza en la ciudadanía, al nombrar al ex canciller Federico González como nuevo director paraguayo de la Entidad Binacional Itaipú, en reemplazo del empresario menonita Ernst Bergen, quien renunció alegando “cuestiones personales”.

Sucede que González, más allá de la eficiencia que haya demostrado en algunas gestiones, como la de haber manejado bien el operativo retorno de compatriotas varados en el exterior durante la pandemia del Covid-19, arrastra una imagen muy negativa tras haber sido uno de los promotores de la polémica acta bilateral sobre la potencia a ser contratada por la ANDE y Eletrobras de la energía producida por Itaipú Binacional, más favorable a los intereses de Brasil, que firmada en secreto en mayo del 2019 y que tras denunciarse que era contraria a los intereses del Paraguay, y más favorables a los del Brasil, casi ocasionó el juicio político al actual jefe de Estado.

El elemento más crítico contra González es el testimonio de Pedro Ferreira, ex presidente de la ANDE, que en su momento se opuso a la firma del acta. Ferreira ha vuelto a relatar esta semana en varios medios que, en aquel momento, Federico González lo presionó de parte del presidente de la República, Mario Abdo Benítez, para que firme el polémico documento con el Brasil, que suponía una deuda de más de USD 250 millones para la estatal.

Por ello, designar justamente a alguien que se ha ganado el mote de entreguista e incluso de traidor a la patria como nuevo director de Itaipú, en vísperas de la histórica renegociación de una parte del Tratado con el Brasil, es por lo menos un grave error político, que solo aumenta la sensación de gran desconfianza en que las intenciones del Gobierno no sean las de defender los intereses del Paraguay, sino de favorecer a los intereses del vecino país, como ya sucedió cuando los representantes de la dictadura del general Alfredo Stroessner firmaron el tratado original sobre la obra hidroeléctrica binacional.

La renegociación del Tratado de Itaipú es considerada una verdadera causa nacional por una gran parte de la ciudadanía. Por ello, se requiere que el Gobierno actual asuma el desafío en condiciones adecuadas, en las que converjan una propuesta técnica impecable, un liderazgo sostenido por el respeto y apoyado en la soberanía nacional y el apoyo popular. Eso no se conseguirá nombrando al frente a personas que hoy tienen el repudio de muchos sectores, porque al igual que la esposa del César, no solo deben ser, sino además parecer.

Esperemos que solo sea una falta de inteligencia y no de patriotismo.