“Soy candidata presidencial”, declaró la ex embajadora de Estados Unidos ante la ONU, de 51 años, en un video dirigido a sus seguidores.
Hace varias semanas que se esperaba el anuncio, que finalmente llegó el Día de San Valentín, y será probablemente la única mujer precandidata republicana a la Casa Blanca.
Haley cree poder revitalizar el partido y un país que, según ella, ha perdido el rumbo en los últimos años y sufre tensiones raciales.
Está convencida de que sus orígenes, como hija de inmigrantes indios juega a su favor. “Ni negra, ni blanca. Yo era diferente”, dijo en el video grabado en Bamberg, la ciudad de Carolina del Sur donde nació. “Pero mi madre siempre decía: ‘Tu trabajo no es enfocarte en las diferencias, sino en las similitudes’”.
“Es hora de una nueva generación de liderazgo”, afirma en el mensaje.
Ella apuesta por “redescubrir la responsabilidad fiscal, garantizar la seguridad de nuestra frontera y fortalecer nuestro país, nuestro orgullo y nuestro propósito” porque incluso en los días más sombríos “tenemos la increíble suerte de vivir en Estados Unidos”, les dice.
Trump, quien la nombró en la ONU en 2017, reaccionó al anuncio deseándole “buena suerte”, pero subrayando que en el pasado se había comprometido a no postularse contra él.
Envuelto en una serie de enredos judiciales, Trump, candidato desde el 15 de noviembre, carece por el momento del impulso que esperaba.
El ex magnate inmobiliario ve cómo surgen posibles contendientes en las filas republicanas.
Su ex vicepresidente Mike Pence, su ex jefe de la diplomacia Mike Pompeo o el gobernador de Virginia Glenn Youngkin... Son muchos los que se lo están pensando.
Según las encuestas, Haley no es la principal amenaza para Donald Trump. Entre todos los nombres destaca uno: Ron DeSantis, gobernador de Florida y estrella en ascenso del partido, quien todavía no ha movido ficha. AFP