Rafah, en la frontera con Egipto, es la última ciudad del territorio palestino que no ha sido invadida por tropas israelíes desde que comenzó la guerra el 7 de octubre, tras el sangriento ataque de Hamás en el sur de Israel.
Netanyahu, que prometió “aniquilar” al movimiento islamista, reafirmó su determinación de lanzar una ofensiva en Rafah, pero aseguró que una operación de este tipo “no es algo que haremos dejando a la población atrapada allí”.
No obstante, “ninguna presión internacional impedirá que alcancemos todos los objetivos de nuestra guerra”, insistió antes de una reunión del gabinete de seguridad sobre las negociaciones en vistas a un alto el fuego con Hamás, catalogado como organización “terrorista” por Israel, la Unión Europea y Estados Unidos.
Israel busca eliminar “los últimos batallones de Hamás” en esa ciudad del extremo sur de Gaza, donde llegaron miles de desplazados huyendo de los bombardeos en el asediado territorio. AFP