Aunque el presidente del Servicio Nacional de Calidad, Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), Rodrigo González, dijo que las cajas habían sido rechazadas en Itá Enramada, las cargas finalmente ingresaron con el aval de la institución.
La mercadería del comerciante Guido González estuvo sujeta a una reclasificación, donde el Senave constató ayer la pérdida del 98% de los tomates, que según la disposición estatal deben destruirse mediante entierro.
“No sé lo que voy a hacer, no sé ni cómo voy a accionar”, dijo respecto a la indiferencia de la Administración Federal de Ingresos Públicos y del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria de Argentina.
En un depósito de Capiatá, los funcionarios del Senave acompañaron el proceso de reclasificación de los productos, pero casi la totalidad quedó sin posibilidades de ofrecer para su consumo.
Alrededor de G. 200 millones cuesta solo la mercadería, a lo que se suman unos G. 15 millones de flete y personal.
En el caso de Elvio Roa, el camión pasó sin condiciones la frontera, pero prácticamente con la mitad de la producción perdida. Como particularmente opta por vehículos refrigerados, el impacto fue menor, aunque el flete es mucho más costoso. En ese sentido comentó que paga USD 3.000 solo por el transporte. “Nadie se hace responsable de la carga que se perdió”, lamentó el comerciante del Abasto.
Ambos camiones llegaron el lunes al país, luego de permanecer una semana varados por el bloqueo del despacho aduanero.
72
toneladas transportaban los camiones retenidos en el lado argentino. Se recuperó alrededor del 52%.