26 jun. 2025

Mujer vive, mediante aire que hijas bombean, en urgencias

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En Hospital de Encarnación. Las hijas de Pastora Barrios deben bombear el aire para que la mujer pueda respirar.

Raúl Cortese

ENCARNACIÓN

Pastora Barrios viuda de Cáceres, de la ciudad de Encarnación, fue internada de urgencia este domingo pasado en la sala de primeros auxilios del Hospital de Encarnación, de acuerdo a su hija Graciela a causa de un derrame cerebral.

La mujer se encuentra acostada en una camilla desde ese día, mientras que su hijas se turnan para bombearle a mano aire para que pueda respirar, ya que no hay un lugar para poder brindarle los servicios de terapia intensiva que precisa. “Ni una sola autoridad mueve su trasero para poder salvar a mi mamá, es la misma gente que se encuentra ganando millones de sueldo mediante el voto de la gente, pero nadie aparece para poder dar una solución”, explicaba indignada su hija Graciela.

“Todos estamos mal, cansados, estamos todos muy mal, la situación es desesperante y nos turnamos para bombearle aire”, agregó.

Tras la versión oficial de parte del Hospital Regional, se buscó sin éxito algún profesional médico autorizado para poder obtener mayor información al respecto.

Graciela, hija de la mujer internada, agregó que pertenecen a una familia de escasos recursos, y no tienen la capacidad de poder llevar a su mamá a un nosocomio privado, en donde pueda ser atendida.

Rebasada. Recordemos que en varias ocasiones se ha informado que la capacidad de atención de parte del Hospital de Encarnación ha sido totalmente rebasada, prácticamente en todos sus servicios, debido a que el crecimiento del hospital no ha sido similar o acorde al crecimiento poblacional de la región sur del país.

Tampoco pudo confirmarse la construcción del gran hospital para el Departamento de Itapúa, a pesar de sus reiterados anuncios y la necesidad de poder contar con un centro de atención con mayor capacidad debido a la constante y creciente demanda de los pacientes que llegan hasta Encarnación, provenientes de localidades de Itapúa y de departamentos vecinos.

“Tampoco el hospital tiene un neurólogo que pueda evaluar a mi mamá y saber cuál es su condición, no sabemos si se está muriendo o qué, esto es inhumano, nos dicen que busquemos un lugar privado en donde podamos llevar a mi mamá, pero no tenemos plata para poder pagar ese tipo de servicio”, relataba Graciela, dentro de un cuadro desesperante.