“Es insostenible lo que estamos viviendo, no nos dejan trabajar, nos tienen encerrados en nuestras casas, no podemos salir a las calles, cada momento es un riesgo. No sabemos en qué momento puede ocurrir algún hecho de inseguridad, en cualquier momento pasa algo”, lamentó un comerciante del barrio Corumba Cué de Mariano Roque Alonso, sobre el descontrol y la situación de violencia generada por jóvenes indígenas adictos que mantienen en zozobra la zona.
El poblador también cuestionó la desidia y el nulo accionar de las autoridades, quienes, pese a las insistencias en las denuncias hechas por los vecinos, no intervienen en el sitio. “Ya hicimos denuncias en todos lados, comisaría, Codeni, Indi y la Municipalidad, pero nadie hace nada. Nosotros ya estamos cansados”, afirmó el trabajador.
Ayer, mientras el equipo periodístico de ÚH conversaba con el hombre frente a su negocio, cerca del mediodía y bajo una copiosa lluvia, se produjo un hecho llamativo e intimidante. Dos jóvenes indígenas, que recientemente fueron vistos consumiendo drogas bajo un techo precario y frente a una vivienda, llegaron a escena. Uno de ellos queda parado en una esquina, mientras el otro se pasea cerca del reportero gráfico, quien en ese momento estaba realizando tomas de las calles. Posteriormente, rodean nuevamente el negocio del vecino que se acercó al móvil de prensa para realizar su denuncia.
Ante esta situación, el comerciante explica que son víctimas frecuentes de este tipo de hechos intimidantes y amenazantes. “Así estamos todos los días, no podemos trabajar, están drogados y son violentos”, afirma.
Una vecina también nos contó sobre la manera en que viven en el sitio día a día. “Vivimos encerrados, estamos acorralados. Nuestros niños no pueden salir a jugar ni al patio de nuestras casas. Ni ocuparlos a la despensa podemos”, se quejó la mujer.
Además, resaltó que ingresan a las casas en cualquier momento. “En cualquier descuido ya ingresan a las casas para robar, después se van y se ponen ahí en la esquina nomás, con total impunidad. Andan drogados todo el día, se drogan frente a todos, a la luz del día y en zonas transitadas, no hay un control de las autoridades, parece tierra de nadie, como si fuera que no hay reglas como una sociedad”, lamentó.
Los residentes del lugar también resaltaron que los indígenas en situación de calle, bajo los efectos de estupefacientes, específicamente crac, merodean el barrio pidiendo dinero a transeúntes y automovilistas y, ante la negativa de estos, les arrojan piedras.
Recientemente, una investigación de Telefuturo hizo públicos los casos de explotación sexual a niñas indígenas menores, comercialización y consumo de crac en el lugar.
Ofertan sus casas y abandonan la zona como una solución
Los residentes del barrio Corumbá Cué no encuentran otra solución al problema de inseguridad de la zona, por lo que en una gran mayoría deciden ofertar sus viviendas y abandonar el lugar como una medida extrema de salida a la situación.
Es decir que los pobladores únicamente mudándose del citado barrio de la ciudad de Mariano Roque Alonso a otro sitio encontrarán una solución a los problemas de violencia, hechos delictivos, comercialización y consumo de drogas y hasta explotación sexual de menores, que tienen como principales autores a indígenas menores y mayores de edad en situación de calle.
“Los policías no hacen nada, algunas veces ni vienen a verificar los casos que se denuncian. Nadie hace nada, todo el mundo los ven consumiendo drogas, hasta teniendo relaciones (sexuales) en los baldíos, pero nadie hace nada”, criticó una vecina.
“Son violentos y están sumergidos en las drogas, todo el día bajo los efectos del crac, hacen lo que quieren y nadie nos protege. Es por eso que muchos decidieron poner en venta sus casa y mudarse a otro lugar”, indicó una mujer.
Explicó que por más que se organicen como vecinos no logran objetivos positivos.
“Se armaron más de una comisión vecinal y grupos de vecinos en alerta para tratar de recuperar el barrio, pero no se puede con ellos, hace falta mayor control por parte de las autoridades”, remarcó la vecina.