19 abr. 2024

Momentos decisivos para nuestro futuro

Los impactos del Covid están aún lejos de terminar, la crítica fase sanitaria ya pasó, todos queremos olvidarla y las limitaciones artificiales a la economía impuestas por los gobiernos se levantaron dejando libre al sector privado para que trabaje, pero la dura consecuencia económica se está manifestando en su mayor crudeza. Nos llegó la cuenta, no hay plata en la calle, la retracción económica es real. Además, existe una verdadera pérdida de poder adquisitivo de la gente, la plata no alcanza, las expectativas de calidad de vida no concuerdan con lo que se quiere hacer. Por eso, hay mucho recambio de gente, la fuerza laboral está inestable y la lealtad está a prueba.

Las estadísticas oficiales del Ministerio de Hacienda y el BCP son grandes números macroeconómicos que: (1) no representan el ahora sino el pasado; (2) solo muestran la suma de números grandes que no es del que vive el ciudadano común en un país donde la riqueza está concentrada en muy pocos, similar a los países africanos; y, (3) estamos en un periodo electoral donde se omiten informaciones. Esos macro-números agregados no representan el sentimiento del ciudadano. Estos entes no tienen números de la microeconomía o no les conviene ser tan sinceros, pues su mandato es influenciar la “expectativa” más que informar sobre la realidad presente.

Mientras tanto, en la calle, el mercado retacea, pelea precio y termina pagando en cuotitas. Se puede crecer en volumen, pero sacrificando rentabilidad. Y eso lleva a no contratar gente, no invertir, no innovar. Siempre afinando el lápiz ya que los costos están muy altos.

El empresario que sobrevivió heroicamente hasta ahora, quemó reservas, vendió barato sus activos, suspendió proyectos, se desangró pagando más intereses de su deuda que tuvo que refinanciarla. En el horizonte no ve una mejora. Siente los aumentos sostenidos de tasas de interés, se le cierra la ventana legal de poder refinanciar su pasivo, y los sueños y proyectos del 2019 son recalibrados para modo sobrevivencia y a medio plazo. Lo que es “factible para adelante” no es lo que se deseaba. Y esa frustración se mastica en el alma. Ahora el foco está en una gestión mega eficiente, control financiero del centavo, pago a los colaboradores por resultados concretos, la venta se concreta no cuando se entrega sino cuando se “cobra”.

El sector privado trabaja con la realidad. Estamos en un ambiente frágil, volátil, más caro, y sostenernos sin rentabilidad es mantenernos vulnerables para rato. La estrategia es percibir más, estar conectados con el presente, notando empáticamente el contexto, usando todos los sentidos, las razones, lo bueno y lo malo. Ahora es el momento que el equipo de colaboradores debe consolidarse en ayudarse mutuamente, buscar sinergias, ¡usar todo lo que está a nuestro alrededor!, echar mano a herramientas empolvadas que daban pereza usarlas, activos románticos que no se consideraban.

Aceptemos que hoy todos vivimos improvisando. Y en el fondo parece que dejamos de ser tan competentes. Trabajamos el doble para ganar la mitad. Quisiéramos que sea mejor, pero también pudiéramos no haber llegado hasta aquí, haber dejado de existir como empresa. El que termine el 2022 empatando puede considerarse un héroe, y el que aún provea de empleo a sus colaboradores, un indudable responsable social más que un frío capitalista. La meta es llegar vivo, viable, hasta que la tormenta perfecta del mundo alivie. En la vida todo es temporario. La tormenta no es nuestra culpa, pero la resiliencia de llegar al otro lado, cuando esta crisis que nos duele pase, el sentimiento de realización será porque hicimos lo viable para haber llegado.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.