La dimisión del centrista Gantz se produce en medio de crecientes divisiones en Israel sobre la manera en que el conservador Netanyahu gestiona la guerra contra el movimiento islamista palestino desde hace ocho meses.
Gantz, rival de Netanyahu, exigía que el gabinete de guerra adoptase un “plan de acción” sobre la cuestión y había fijado el 8 de junio como fecha límite.
Netanyahu reaccionó en la red X, pidiendo a Gantz –que figura como favorito para formar un gobierno de coalición si cae el ejecutivo y se convocan elecciones anticipadas– que no “abandone” la batalla.
Itamar Ben Gvir, un ministro ultraderechista encargado de Seguridad Nacional, “exigió” rápidamente “ser incluido” en el gabinete de guerra.
Sin embargo, la dimisión de Gantz no debería afectar a la coalición gubernamental que lidera Netanyahu. Con el apoyo de la extrema derecha, el primer ministro continúa conservando la mayoría en la Knéset, el Parlamento israelí.
Además, su estrategia militar se vio reforzada el sábado con la liberación de cuatro rehenes israelíes, pese a las fuertes presiones internacionales e internas que enfrenta por el conflicto.
El Ministerio de Salud del gobierno de Hamás anunció que los ataques israelíes en Nuseirat dejaron al menos 274 muertos y 698 heridos. El balance no pudo ser corroborado de manera independiente.
La relatora especial de la ONU sobre los territorios palestinos, Francesca Albanese, se declaró “aliviada” por la liberación de los rehenes, pero lamentó que se produjera “a costa de al menos 200 palestinos, incluidos niños, y de más de 400 heridos”. AFP