Una caravana de alrededor de cien personas llevaba a hombros el cajón en que yacían los restos de Wilson Matías Recalde (27).
“Fue una situación bastante difícil, pero se pudo controlar y no ingresó (el féretro del joven acribillado), porque esa era la intención de los familiares; fue un momento bastante difícil”, expresó el secretario de Estado en comunicación con Radio Monumental 1080.
El hombre salió hace un mes del mencionado centro penitenciario y sus allegados quisieron llevarlo para que el líder del clan, Armando Javier Rotela, y sus seguidores, le pudieran dar el último adiós. El féretro permaneció en el portón por unos diez minutos y se pudo escuchar el grito de “¡Wilson vive!”.
Wilson estaba frente a su vivienda, en el barrio Tacumbú de Asunción, compartiendo con unos amigos cuando, en un momento dado, llegaron cuatro hombres a bordo de dos motocicletas y abrieron fuego, posteriormente huyeron.
Una situación similar se dio en octubre del año pasado, cuando se autorizó que el féretro de Osvaldo Villalba ingresara a la cárcel del Buen Pastor, para ser despedido por su hermana Carmen Villalba.